miércoles, 6 de enero de 2010

Noche de Reyes Magos


"Nuestra generación tendrá que arrepentirse, no tanto de las perversidades de las malas personas, sino del estremecedor silencio de los hombres buenos"
(Martin Luther King)

Hace un rato he llegado a casa de cumplir un año más con la tradición familiar. Esta consiste en ir a contemplar junto a mis padres y mi hermano Julián la legendaria Cabalgata de los Reyes Magos en Madrid y dar luego un paseo por la Gran Vía, la Calle Alcalá, Puerta del Sol, Plaza Mayor, Catedral de la Almudena, Palacio de Oriente,..., a por el coche, que normalmente queda aparcado en Rosales, y a casa a descansar.

Madrid estaba preciosa y el ambientazo existente en torno a la Diosa Cibeles y a lo largo y ancho de la Castellana era impresionante. Miles de personas, la inmensa mayoría niños y jóvenes, han acudido a guiñar sus ojos a los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar quienes, tras una veintena de trabajadas carrozas, han hecho su entrada en la Plaza de Cibeles. Todo ello regado con hermosa música clásica y cuyo broche lo han puesto unos humildes fuegos artificiales. Me encanta ver Madrid iluminada, que hermosa, que bella, y recuerdo nostálgico una vez más mis orígenes, donde nací, donde estudié, donde comencé a trabajar... "de Madrid al Cielo" decía mi querida abuela Venancia, que en Paz descanse; yo también lo creo.

Después, subiendo por la Calle de Alcalá hemos ido a parar a la Iglesia de San Ginés, a cuya espalda hemos disfrutado de un reconfortante chocolate con churros en El Rincón de Madrid, buenísimos.

Después el paseo ha continuado hasta, tal y como señalo al principio, el coche.

De vuelta a casa pensaba en la cantidad de niños que había viendo la Cabalgata, de todas las edades, y entonces he recordado la reciente pérdida, el pasado 1 de enero, de la Dra. María Dolores Vila Coro, quién, desde su brillante formación como jurista especializada en bioética (durante tantos años Directora de la Cátedra de Bioética de la Unesco), tan duramente ha luchado a lo largo de toda su existencia en la defensa de la vida desde su concepción hasta su muerte natural. Creo que Zapatero no la escuchó -Aznar y Felipe González tampoco- en lo que al aborto y a las distintas técnicas de reproducción asistida se refiere. Mi más sincero pésame a sus familiares y amigos por la pérdida de tan bella persona, una auténtica Humanista incansable en la defensa de la verdadera causa del progreso humano, la vida. Descanse en Paz.

Abrumado por el brutal consumismo y materialismo borreguil de estos días, y con el deseo de que todos los niños de este mundo tengan mañana un pequeño detalle que les llene de ilusión (¡cuántos no tendrán un pedazo de pan que llevarse a la boca!), me despido hasta mañana.

Feliz noche de Reyes Magos.

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