jueves, 28 de febrero de 2013

La libertad vivida

con la fuerza de la fe.

Y hablando de la conciencia, hay una frase en la página 95 a la que no dejo de dar vueltas, me invita a la reflexión, al pensamiento, escribo sobre ella, me surgen preguntas, encuentro algunas respuestas, pero entonces cambian las preguntas, y vuelta a empezar...

"Cada hombre debe obrar en armonía con lo que le dice su conciencia", una frase que recoge la autora de Tomás de Aquino, Summa Theologiae, I-II.



martes, 26 de febrero de 2013

Apuntes sobre el arte


Coincido con José Jiménez Lozano en que vivimos una época donde el arte ha dejado de ser arte, la verdad de ser verdad, y donde Torrente… es una gran película, añado.

En 1943, el filósofo francés Jacques Maritain publicó en la revista Liturgial Arts de Nueva York, un artículo con el título de Sobre el juicio artístico, y del que extraigo los siguientes párrafos:

“La gran conquista del arte moderno y de la poesía moderna estriba en que arte y poesía llegaron a adquirir conciencia de sí mismos y del misterio espiritual que encierran, en un grado antes nunca alcanzado. El arte y la poesía comprendieron – acaso a costa de un terrible precio – que el primer deber del artista y del poeta consiste en ser inquebrantablemente fieles a su verdad, a la verdad singular e incomunicable de ellos mismos y de las cosas, que les es oscuramente revelada y que debe asumir forma  en la obra de arte. Es menester que el artista y el poeta tengan gran coraje – y hasta heroísmo les es necesario – para permanecer fieles hasta el fin a ese inasible elemento espiritual  que tiene todas las exigencias de lo absoluto y que no perdona la menor deserción”.

“El único artista que no merece respeto es el que trabaja para gustar al público, para obtener éxito comercial y honores académicos”.

“Para esto – el juicio artístico -, como para cualquier otra cosa, es necesaria una educación apropiada, fundada tanto en un estudio profundo del pasado como en una atención vigilante de los intentos y búsquedas del presente”.

Si escribió eso en 1943 yo me pregunto qué es lo que pensaría hoy del "arte" moderno.



La Academia de Atenas, Rafael.


No sé qué de un tal Barceló, artista, dicen.



sábado, 23 de febrero de 2013

"¿Qué es el libro?"


Llegó a la residencia después de dar un largo paseo por el parque de El Retiro. Unas veces solo, otras acompañado, le gustaba perderse entre sus antiquísimos árboles y arbustos, con el lago siempre al fondo, mientras pensaba en aquello a lo que había dedicado la vida: el hombre, lo divino, el arte, la cultura, la Verdad.

Pasaría el resto de sus años en la residencia que se encuentra a continuación de la parroquia de San Jerónimo el Real, justo a la espalda del Museo del Prado. De todos los sacerdotes que allí habitaban era el de mayor edad. Atrás quedaron  sus clases en la universidad, asistiendo a los feligreses en las parroquias de  barrio por donde había pasado, su experiencia en el continente africano -sin duda la que más le había marcado-, y su continua búsqueda de la Verdad. Por la comunidad era considerado un auténtico humanista, al estilo de los antiguos. Era persona prudente, respetuosa para con los demás, y fue aptitud suya ante la vida aquello que tantas veces había leído, meditado y estudiado en la Sagrada Escritura: “Pero yo os digo –Jesucristo-: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro padre celestial” (Mateo 5, 44). Y esa era la mayor de sus ilusiones, esperanzas y alegría, llegar a ser hijo del padre celestial.

En su pasión por el saber, y pese a su avanzada edad, le habían permitido seguir encargándose de la biblioteca de la residencia, donde se encontraban buena parte de los libros que había ido adquiriendo a lo largo de su vida. Le temblaba el pulso y de cuando en cuando las piernas, pero no la cabeza.

Antes de comer subió a la biblioteca, su lugar favorito, donde pasaba la mayor parte del día. Al llegar a su mesa de trabajo encontró un paquete. Lo abrió y había algo envuelto en papel regalo, un bulto grande, una tarjeta decía: “Reciba este obsequio en agradecimiento a sus largos años de maestría y amistad verdadera, con afectuoso cariño, su discípulo, padre Julián Otero Cañicosa”.

Se trataba de una primera edición del Codex miscellaneus, siglo XI, de valor inimaginable. El discípulo había escuchado al maestro hablar de este Codex muchos años atrás. Un día, en clase, hablando de lo importante de la lectura, preguntó a sus alumnos, “¿qué es el libro?”, y a continuación puso en la pizarra:

El libro es lumbre del corazón;
espejo del cuerpo;
confusión de vicios;
corona de prudentes;
diadema de sabios;
honra de doctores;
vaso lleno de sabiduría;
compañero de viaje;
criado fiel;
huerto lleno de frutos;
revelador de arcanos;
aclarador de oscuridades.
Preguntado responde,
y mandado anda deprisa,
llamado acude presto,
y obedece con facilidad.

- Esta es la traducción de la respuesta que aparece en el Codex miscellaneus a la pregunta que les acabo de formular, nunca la olviden, -dijo nuestro sacerdote.

 Codex miscellaneus. Siglo XI. Biblioteca de Toledo


jueves, 21 de febrero de 2013

"Ni lugares de corrupción"

«Os percataréis, pues, de que a nadie le está permitido andar ocioso y que no hay pretexto que valga para la holgazanería: ni tabernas, ni cervecerías, ni rastro de burdeles, ni lugares de corrupción, ni garitos, ni escondrijos para reunirse […] Un pueblo que observa tales costumbres, por fuerza tendrá abundancia de todo; y si esa abundancia se distribuye equitativamente entre todos el resultado es que no existirá un solo pobre o mendigo». (Utopía, Santo Tomás Moro, patrono de políticos y gobernantes, si levantara la cabeza).





martes, 19 de febrero de 2013

Con total naturalidad


Hoy voy a escribir sobre mí.

La noticia de mi Confirmación se ha recibido de múltiples formas por familia, amigos y conocidos: alegría, emoción, sorpresa, incredulidad…

“Queridos primos, quería anunciaros personalmente que el próximo domingo, Dios mediante, recibiré en la Iglesia-Catedral de San Juan (Albacete) el Sacramento del Espíritu Santo, es decir, mi Confirmación. Me produce una gran alegría y me llena de emoción y esperanza el haber llegado hasta aquí en mi peregrinar cristiano, no exento de dificultades y peleas, y es por ello que quería compartir la noticia con vosotros. El haber entendido que la Iglesia es el cuerpo de Cristo en la tierra –en comunión con Él-, el haberme liberado de ciertos prejuicios, el haber profundizado en el conocimiento de las Sagradas Escrituras, todo ello no ha hecho sino reforzar mi Fe. Dios es amor, y nos lo mostró con la vida, pasión, muerte y resurrección de su Hijo; el haber sentido el amor de Cristo en la oración es una de las vivencias más hermosas que me han pasado, y en ello estoy seguro que mucho tiene que ver tanto el Espíritu Santo como la Fe de mis mayores (mañana tendré especialmente presente a los Abuelos). Un fuerte abrazo con todo mi cariño, Juan Pablo”. Y de esta forma anunciaba a mis primos hermanos la noticia de mi confirmación, y agradecido quedé por sus muestras de alegría y amor. Incluso mi primo “el ateo” me dio su bendición, o sea, su enhorabuena: gracias primo.

Recibir el sacramento de la Confirmación (uno de los tres sacramentos de iniciación cristiana) a la edad en la que oficialmente murió Jesucristo no está de moda -¡hay tantas cosas que no están de moda!-, pero uno luego a luego va aprendiendo a ser libre, a vivir su vida, sus creencias y a hacer cosas que no están de moda, pero vamos, con total naturalidad.

Y con plena libertad veintiséis personas nos confirmamos el domingo 17 en las renuncias, juramentos y promesas que hicieran nuestros padres y padrinos con motivo de nuestro Bautismo, el primero de los sacramentos de iniciación en nuestra vida cristiana.

Con la Confirmación se fortalece y se completa la obra del Bautismo. Por este sacramento, el bautizado se fortalece con el don del Espíritu Santo. Se logra un arraigo más profundo a la filiación divina, se une más íntimamente con la Iglesia, fortaleciéndose para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra. Por él es capaz de defender su fe y de transmitirla. A partir de la Confirmación nos convertimos en cristianos maduros y podremos llevar una vida cristiana más perfecta, más activa. Es el sacramento de la madurez cristiana y que nos hace capaces de ser testigos de Cristo. Pero todo ello implica un compromiso del cristiano, no vale aquí tirar el guante y esconder la mano. ¡Y tenemos tanto miedo al compromiso! Los mismos apóstoles tuvieron miedo, hasta que el día de Pentecostés bajó el Espíritu Santo y les transformó. La Confirmación es, o debe ser, “nuestro Pentecostés personal”. Que así sea.

Concluyo. El domingo fue un día muy especial en el caminar cristiano de quien esto escribe. Además de recibir el don del Espíritu Santo, el principal y más importante protagonista, tuve la fortuna de compartir el acontecimiento con mis abuelos (física y espiritualmente, y que tanto han contribuido a mi Fe), mis padres (que ya van para 35 años de matrimonio, gracias siempre por vuestra entrega, ejemplo y cariño), mis queridos hermanos, cuñada y mi sobrino David, gran parte de mis tíos (incluyendo a mi siempre querida y estimada prima María), que en un gesto de amor quisieron acompañarme en lo que sabían era un día importante en mi vida cristiana. Los que por diferentes motivos no pudieron o no quisieron se que me tuvieron presente en su pensamiento y corazón. Gracias, infinitas gracias a todos, y especialmente a dos personas: a mi Madrina –que aceptó la petición con enorme ilusión y generosidad- y a nuestro Señor Jesucristo.


sábado, 16 de febrero de 2013

Desafío Nordkapp



Dos hidalgos caballeros llevan preparando meses sus monturas, aventura en el horizonte, esfuerzo, sacrificio, superación…

No acostumbro a hablar de viajes en moto en este vuestro blog. Hoy sin duda lo merece. Cuando escribo estas líneas inician su periplo dos Viajeros, con mayúscula, que tiene este país llamado España. Raúl Calvo y Fernando Toha han emprendido su aventura. Viajar en sus respectivas motos de Alsasua (Pamplona) a Cabo Norte, el punto más al norte de Europa.

El viaje tiene su aquél. No porque sean los primeros en viajar a Cabo Norte, no. Pero salvo que alguien me corrija, sí que se trata de los primeros españoles en subir a Cabo Norte en invierno, con unas temperaturas –todas bajo cero- que ponen los pelos, y algo más, de punta.

Raúl y Fernando son dos grandes Aventureros, muchos miles de kilómetros llevan a sus espaldas recorriendo los sitios más recónditos de este planeta. Pero, sobre todo, no creo que antes se hayan enfrentado a una hazaña de este calibre. Recorrer varios miles de kilómetros en subir y bajar (volver siempre es lo importante) a Cabo Norte en pleno invierno es aventura de titanes, y ellos lo son. Tenemos que pensar que al frío de Europa en este tiempo se suma el hecho de montar en moto, donde el cuerpo permanece estático y a la intemperie. Carreteras heladas, nevadas, agua, humedad, temperaturas de -30 ºC, en fin, que Dios les proteja…

Ellos ya han partido, son las 11:45 a.m. cuando escribo estas líneas y seguramente estén a punto de salir de España si no lo han hecho ya. Suerte chicos, mucho ánimo, a disfrutar de la aventura, de la experiencia, con precaución, sabiendo que siempre hay un límite que no conviene sobrepasar, y nos vemos a la vuelta deseosos de que nos contéis...

Salud y buenos kilómetros en vuestro Desafío Nordkapp.



martes, 12 de febrero de 2013

La alegría de la Fe

Después de más de dos páginas escritas he optado por concretar:



¡Mil gracias!



 A su hermano no le sentó nada bien que fuera nombrado Obispo de Roma,
 yo creo que a el tampoco.

 Un hombre de una talla intelectual abrumadora. 
A las 5 de la madrugada comienza todos los días su jornada.

En el hospital infantil de Cáritas, en Belén. 
Si la talla intelectual es enorme, no lo es menos la humana.

 Hermosa imagen en el aeródromo de Cuatro Vientos.

 La alegría de la Fe.

 ¿Conocen a alguien capaz de convocar a esta multitud?
Jesucristo pudo, y el Papa de su mano.

"¡Ésta es, la juventud del Papa!"

sábado, 9 de febrero de 2013

Tarazona de la Mancha-Carnaval




Hoy es sábado de Carnaval en Tarazona de la Mancha, el pueblo de mi padre, de mis abuelos, de mis mayores, de gran parte de familia y amigos. Oficialmente hoy es el primer día de Carnaval, pero me consta que ayer ya hubo gente que calentó motores.

La plaza de Tarazona de la Mancha se ha vestido esta mañana de luz y color. La gente, sus gentes, derrochan alegría y originalidad cuando llega la gran fiesta del año, y la plaza, la hermosa plaza del pueblo, con sus antiquísimas balconadas, con sus arcos de piedra, con el gran Casino al fondo, con su Iglesia vigilante y expectante de cuanto allí ocurre, la plaza, como digo, es testigo de tanto buen humor.

Por primera vez en muchos años no estaré hoy con mis amigos y compañeros de la Peña el Mol dando la bienvenida al Carnaval. A eso de las 12 del medio día habrán llegado a la plaza los primeros, el resto estarán en la nave de Manolín ultimando los preparativos de la que, sin duda, es protagonista dentro de la Peña, la “Furcho”. Llega la hora de la caña y la plaza va tomando color, además hoy, aun haciendo un frío que pela, el sol acompaña de manera contundente. Creo ver a la Peña al completo, quizás tan solo faltemos José “Chuché” y servidor. El resto está: Santiago, José “Habichuela”, José “Chino”, Alejandro “Salas”, José “Pupas”, Luis Miguel “Karajillo”, Benito “Beni”, Ricardo “Brichi” (que acaba de ser papá, ¡enhorabuena!), Joaquín “Panocho” (su último carnaval como soltero, es decir, ¡peligro!), Ángel “Pica”, Pedro “Mochuelo” –creo que no me dejo a nadie-, y seguro que también anda por ahí, como no podía ser de otra manera, Rafa “Piqueras”, que no termina de pasar las pruebas para ingresar en la Peña... Todos ellos llevan, me consta, muchas semanas preparando trajes y disfraces para el Carnaval con enorme ilusión: ¡a disfrutar se ha dicho!

Y junto a la Peña el Mol el resto de peñas y no peñas que hacen posible el Carnaval, con su originalidad y buen humor; y con su sabiduría y experiencia, pues experiencia es lo que comparten con enorme generosidad los más veteranos pero a la vez más joviales, divertidos, entusiastas y originales miembros de la comparsa El Trago, y su “cuerva”, la más sabrosa del lugar…

Los carnavales de Tarazona de la Mancha, el Carnaval, son diferentes al resto principalmente por su gente, por los pucherichos. El ambiente, los “números” –donde de lo que se sale se actúa, puro y fantástico Teatro-, la camaradería, el compañerismo y el buen “rollo” que se vive estos días en el pueblo es responsabilidad única y exclusivamente de su gente, son ellos, los pucherichos, los que lo hacen posible. Cómo será, que algún año ha venido algún amigo de Madrid a conocer el Carnaval (¡eh, Dani!) y al trabajo el lunes no ha podido llegar…

Concluyo deseando de todo corazón, a pucherichos y no pucherichos, que tengáis un fantástico y maravilloso Carnaval 2013 porque para el que no lo sepa: ¡ya ha llegado el Carnaval! A disfrutarlo.


jueves, 7 de febrero de 2013

Sobre "El dictado dominante", o a la inversa


Leía uno el otro día El dictado dominante, título del artículo periodístico firmado por el maestro José Jiménez Lozano en su columna, A la luz de una candela, el pasado 3 de febrero en La Tribunade Albacete.

Cuenta don José a cerca de las peripecias que vivió con la llegada de la democracia el libro Crónicas extravagantes, cuya autoría se debe a don Aquilino Duque y cuyo prólogo escribió nuestro Premio Cervantes.

Escribe el señor Lozano en El dictado dominante:

“Había tenido una primera edición –Crónicas extravagantes- hecha por la universidad de Sevilla, pero, cuando llegó la democracia, fue recogida porque en el libro podían leerse cosas atroces sobre algunos dictadores o se contaba lo que era el régimen soviético, y no eran lógicamente maravillas de libertad y justicia las que contaba, y esto fue lo que resultaba intolerable para las nuevas autoridades democráticas, que ordenaron recoger el libro.”

A lo largo del artículo, cuya lectura recomiendo vivamente, Jiménez Lozano analiza y denuncia la falsedad de nuestra democracia parlamentaria. Para ello toma como punto de partida el ejemplo de la “recogida” del libro por él prologado con la llegada de la democracia o que, y cito textualmente, “no hay separación de poderes ni igualdad ninguna ante la ley, por ejemplo entre la clase política y los miembros de la sociedad que a ella no pertenecemos”.

Pero en lo referente a la libertad de expresión, todos hemos escuchado alguna vez, en democracia claro, que aquí si hay libertad de expresión y allí, dictadura franquista, claro, no. Pues bien, junto a Crónicas extravagantes conozco yo de otro caso extravagante también.

Tuve un profesor en primero de carrera, hablamos del curso 1997/1998, que impartía la asignatura de Derecho Constitucional. Este señor, falangista camisa vieja de los de dar la espalda a Franco en El Escorial, escribió, entre otros, varios libros sobre teoría del Estado y derecho constitucional comparado. En el tomo referente a España analizaba, en las primeras 60, 70 u 80 páginas, no recuerdo cuantas eran, la legitimidad o ilegitimad de origen de la actual Monarquía Parlamentaria como forma de Estado (y recuerdo que para la Falange la forma ideal de Estado es la República). Pues bien, bajo nuestra “oprobiosa democracia” (término muy utilizado por él  en clase), el libro citado empieza por la página 61, 71 u 81. A saber, las autoridades democráticas consideraron que no era muy democrático en democracia que un profesor universitario desmontara la legitimidad de nuestra actual Monarquía Parlamentaria.

Y así siguen algunos, dominando el dictado.



martes, 5 de febrero de 2013

Retrato de un bibliómano


Jacques Bonnet
Bibliotecas llenas de fantasmas
Traducción de David Stacey
Editorial Anagrama, Col. Argumentos
Barcelona 2010



¿Leer le cansa tan poco como nadar a un pez o volar a un pájaro? ¿Lo hace de forma compulsiva? ¿Le cuesta desprenderse de los libros que pasan por sus manos? ¿Piensa cambiar de casa por falta de espacio en su biblioteca? ¿Su mujer, su marido, le ha dado un ultimátum? ¿Se ha gastado los ahorros de un año en un ejemplar de la primera edición de Guerra y Paz? En caso afirmativo tiene motivos de sobra para seguir leyendo. De lo contrario, también.

“Después del placer de poseer libros, poca cosa hay más dulce que hablar de ellos”, Charles Nodier. Y eso es lo que hace Jacques Bonnet (escritor y traductor francés) en Bibliotecas llenas de fantasmas, hablar de libros en general y de los más de 20.000 que tiene su biblioteca en particular. Estamos ante un auténtico tratado de bibliomanía, término que según el diccionario de la Real Academia Española significa la “pasión por tener muchos libros raros o los pertenecientes a tal o cual ramo, más por manía que para instruirse”. Lo que distingue al autor es que no estamos ante un mero poseedor de libros. No, se trata de un lector empedernido cuyo descubrimiento, el de la lectura, “fue como un rayo de luz en la atmósfera tenebrosa de una infancia provincial en los años sesenta”, un hecho que le permitió transportarse a otras épocas y lugares y que derivó en una especie de patología que busca saciar una curiosidad infinita a través de ese espíritu sistemático que ha evolucionado con el paso del tiempo y que le empuja a leer todas las obras de un autor, los libros sobre su persona, luego los de otro autor, así como todas las obras dedicadas a un tema y a la literatura de cierta época o país. Y si a lo dicho añadimos que, como a Juliano, mientras “unos aman los caballos, otros los pájaros y otros las fieras; yo, desde niño, estoy poseído por un terrible deseo de poseer libros”, entenderemos el porqué y el cómo del tipo de bibliómano que es Jacques Bonnet. ¿Estamos ante un ensayo? Sí, así podríamos definir este largo monólogo sobre libros de no ser por el marcado carácter pasional, empírico y emocional para ser solo eso.

Tener una biblioteca con ese número ingente de volúmenes suscita innumerables cuestiones que el autor aborda con interesantes reflexiones, propias y ajenas. ¿Son todos los libros necesarios? “Ningún libro era tan malo que no fuese útil en algún apartado”, responde por boca de Plinio el Viejo. ¿Y una vez adquiridos? Tres son los destinos: leerlos, leerlos más adelante o archivarlos directamente en el lugar asignado. ¿Los ha leído todos? “Lo cierto es que, para ser útil, una biblioteca no necesita ser leída en su totalidad: a todo lector conviene un equilibrio razonable entre el conocimiento y la ignorancia, entre el recuerdo y el olvido”, señala Alberto Manguel en La biblioteca de noche. ¿Y cómo han llegado hasta las estanterías? Por un título misterioso, por un autor, por un encuentro fortuito, por los libreros, a través de críticos, amigos y escritores-maestros, por los lectores… ¿Cómo ordenar los libros? Las fórmulas son varias: clasificación alfabética, por continentes o países, por colores, por fecha de adquisición, por géneros y subgéneros (como hace el autor), etc., al final Jacques Bonnet lo que nos recomienda es el uso de varios métodos. Existen los que al orden no le dan ninguna importancia, como es el caso de Aby Warburg (1866-1929), hijo de un banquero que, según cuenta la leyenda, vendió a su hermano su derecho de primogénito –a dirigir el banco de la familia- a cambio de un crédito ilimitado para la compra de libros. El resultado fueron los más de 100.000 volúmenes de su biblioteca, libros que Warburg cambiaba de lugar sin cesar. Están otros que colocan las obras de autores de sexo masculino y femenino en estantes separados cumpliendo así con los cánones de la decencia “a menos que sean marido y mujer”; o los que, como Carlos Brauer, renuncian a colocar juntos a dos autores que no se llevaron bien en vida, como Borges y Lorca o Vargas Llosa y García Márquez, por poner dos ejemplos.

En cuanto a las prácticas  lectoras de Jacques Bonnet muchos se sentirán identificados con su “en todas partes y en cualquier posición”: en la biblioteca, en el aseo, en el autobús, en el tren, en el aeropuerto, sentado, de pie, caminando, tumbado, …, lo que ha propiciado que la lectura absorbente de títulos como El Cuarteto de Alejandría, Guerra y Paz, El hombre sin atributos, El espía que surgió del frío, Moby Dick, hayan detenido el tiempo y el espacio en múltiples momentos inolvidables.

Con un lenguaje claro y sencillo, la lectura de Bibliotecas llenas de fantasmas supone una certera, agradable y emocionante aproximación al arte de poseer libros y al placer de leerlos y releerlos (“nunca habría imaginado, al releer Anna Karénina veinte años después, que la suerte de Alexéi Alexándrovich Karenin me iba a emocionar más de lo que me iban a apasionar los sentimientos exaltados de la bella Anna por Vronski, a diferencia de lo que ocurrió la primera vez”). Miles de libros y miles de personajes, reales y ficticios, son los culpables de un mundo al alcance de Jeacques Bonnet donde tan escaso es el conocimiento que tenemos de Homero, de Virgilio o de Cervantes como abundante el que poseemos de Ulises, de Eneas o de Don Quijote.  Un mundo, una biblioteca, que “protege de la hostilidad exterior, filtra los ruidos del mundo, atenúa el frío que reina en los alrededores y da, también, una sensación de omnipotencia”. Francisco de Quevedo lo expresó en verso:

“Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos”.


*** Reseña publicada en el número 88 de la revista Clarín.

sábado, 2 de febrero de 2013

La Clave: acuerdo en el desacuerdo


En dos veces, al medio día con el almuerzo y por la noche en la cena, he aprovechado para ver uno de los programas de La Clave, histórico espacio televisivo de debate moderado por el gran José Luis Balbín.

Finalizada la tarea tengo que confesar que he sentido nostalgia. Por dos motivos, primero porque ya no hacen programas con la calidad y el enriquecimiento intelectual que ofrecía el programa de Balbín. Segundo, y no por ello menos importante, porque soy un apasionado del debate y la tertulia, y hoy en pocos sitios reina el respeto entre posiciones opuestas, o simplemente diferentes, como lo hacía entre los contertulios que acudían a La Clave de Balbín.

El tema de hoy ha sido “La figura humana de Jesús”. En el programa, seis contertulios estudiosos de la vida de Jesucristo ponen de manifiesto sus diversos e interesantes puntos de vista. De los seis uno era judío, dos historiadores del cristianismo -pero sin creer en Cristo como hijo de Dios, sí en el Jesús histórico-, un laico católico experto en estudios bíblicos, un sacerdote jesuita y un cristiano “no eclesial”, por así decirlo, todos ellos profundos estudiosos del cristianismo en general y de la figura de Jesús en particular.

¡Qué quieren que les diga! ¡Qué envidia! ¡Qué respeto!

Insisto en la idea del respeto porque me parece crucial y muy importante en los tiempos que corren. O empezamos a aceptar que debemos estar de acuerdo en que podemos estar en desacuerdo, o la convivencia entre las personas empezará a correr sus propios riesgos.

¿Por qué digo esto? A lo largo de los últimos tiempos he podido comprobar en movimientos como “Ateismo brillante”, que anda por ahí suelto en las redes sociales, que se está propagando un peligroso fenómeno de fanatismo en alguna de las personas que participan en dichos grupos, en el sentido de posicionarse abiertamente en favor de perseguir, eliminar o exterminar –como ustedes quieran- aquello que se considera, que consideran, que no es “verdad”, “cierto”, o que es “falso”. Ataques todos ellos que se dirigen contra la religión en general y a la Iglesia Católica en particular. Ejemplos los hemos tenido a puñados con, por ejemplo, la visita de S.S. Benedicto XVI a España con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud (y añado, católica).

Un debate puede ser de lo más enriquecedor si predomina sobre él un clima de respeto; insisto, una actitud de estar de acuerdo en que cabe y es lícito el desacuerdo es benéfica y primordial para el entendimiento y la convivencia entre las personas. Recuerdo ahora, al hilo de lo que aquí expongo, un histórico debate que se produjo hace ya años entre dos personas con posiciones antagónicas, por un lado la del gran Bertrand Russell, y por otro la del gran Frederick Copleston. Un ateo y un sacerdote jesuita debatiendo “face to face”, con respeto, con clase, con elegancia, a cerca de lo divino y de lo humano del universo y su origen.

Seamos elegantes a la hora de “enfrentar” nuestras posiciones, hagamos del respeto al prójimo – y vaya por delante que para servidor no todo es respetable; por ejemplo, para mí no es respetable la defensa de la esclavitud como tampoco lo es la defensa del aborto- uno de nuestros “mandamientos civiles”, que el respeto al otro forme parte del amor al prójimo que predicó Jesús hace muchos siglos. Bien es cierto que estoy de acuerdo en que muchos de ustedes no lo estarán con esto último que he escrito. A Dios gracias.


J. L. Balbín y su inseparable compañera.