lunes, 13 de junio de 2011

Cómo formar delincuentes.

  1. Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que le pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
  2. Cuando diga malas palabras, ríaselas. Esto le hará pensar que es muy gracioso y le animará a decir palabras aún más “graciosas”.
  3. No le dé ninguna educación espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente por sí mismo.
  4. No le reprenda nunca ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpa. Cuando más tarde lo arresten por algún delito, se consolará pensando que la sociedad está en contra de él y que es víctima de una persecución.
  5. Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, juguetes, ropa… Hágaselo todo, ahórrele todo esfuerzo. Así creerá que todos están a su servicio y se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
  6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide bien de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero deje que se le llene la mente de “basura”.
  7. Dispute y riña a menudo con su cónyuge en presencia de su hijo. Así no se sorprenderá ni le dolerá demasiado el día en que la familia quede destrozada para siempre.
  8. Déle todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de él es necesario trabajar. ¿Por qué dejar que el pobrecito pase los mismos sinsabores que usted?
  9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. La mortificación y la austeridad no harían más que conducirle a una frustración perjudicial.
  10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con los vecinos, maestros o policías. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo, que le han tomado manía y le quieren mal.

Si pone en práctica estos preceptos, prepárese para llevar una vida llena de pesares, que será la que usted mismo se ha labrado. Y cuando su hijo se encuentre en serios apuros, discúlpese diciendo: “Nunca pude con este muchacho”.

Para NO formar delincuentes

4 comentarios:

José Mª dijo...

Tienes toda la razón y todos estos mandamientos se resumen en una moraleja; la culpa de cómo son los hijos, casi siempre, es de los padres.

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

La verdad es que esto de la educación no es una ciencia exacta pero, desde luego, el saber hacer, el esfuerzo y el ejemplo de los padres tiene bastante que ver.

Un saludo Chema y a ver cuando organizamos una...

Anónimo dijo...

Hola Juan Pablo !! si duplico el comentario te ruego que lo borres, que creo pulse el enter de forma premeditada ;)

DECIA QUE:
Doy gracias a dios de haber tenido los padres que siempre quise tener !!

Ultimamente como aquella frase mitica de una pelicula de terror/suspense


Solo veo muertos !!

Un saludo desde un poco mas al norte.

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Y yo tuve la fortuna de conocerlos estimado Sergio... Un abrazo desde un poco más al sur.

Espero que todo te vaya bonito, un abrazo.