miércoles, 22 de junio de 2011

Una sociedad libre


El otro día apuntaba el profesor Rodríguez Braún que nos encontramos bajo las garras del Estado más intervencionista de los últimos decenios en España. Estoy de acuerdo con él. El número de relaciones sexuales a mantener con el marido o la mujer es uno de los pocos aspectos de la vida del hombre que aún no se ha regulado. Tiempo al tiempo. Cuando los individuos temen a la libertad (El miedo a la libertad, de Erich Fromm) el ciudadano corre el peligro de que el Estado abuse de su poder, se exceda de sus competencias y, junto a ese temor del súbdito, irrumpa en su esfera privada con ánimo de controlarlo todo. Como así está pasando.

Personalmente, frente al Estado, propongo una mayor autonomía y respeto para con la libertad del individuo. Que duda cabe de que para ser libre antes hay que ser responsable. Y yo creo que, precisamente, es esa responsabilidad la que también se echa en falta hoy día en la sociedad que nos ha tocado vivir. Desgraciadamente impera el relativismo más absoluto. De esto también habla Isaiah Berlín en su ensayo La inevitabilidad histórica cuando señala que “la libertad implica necesariamente responsabilidad, y para muchos espíritus es causa de alivio, que acogen de muy buena gana quitarse de encima el peso que ambas llevan consigo, no mediante un acto innoble de rendición, sino atreviéndose a contemplar las cosas con espíritu sosegado tal como éstas tienen que ser, pues esto es lo que es verdaderamente filosófico”.

Y en tercer lugar la cultura. “Conoce y no estarás perdido”, señala Berlín. “Conoce la tradición, la sangre, la clase, la naturaleza humana o el progreso de la humanidad, el Zeitgeist, la estructura social, las leyes de la historia o los verdaderos fines de la vida; conoce todo esto –sé fiel a ello- y serás libre”. Pues eso, que si queremos ser libres antes tenemos que ser responsables y que, tanto para lo uno como para lo otro, la cultura, el conocimiento, ayuda. Reconocerá conmigo el lector que nos queda mucho trabajo que hacer. Recomiendo encarecidamente la lectura de ambos ensayos, especialmente a todos los que estos últimos días vociferan por las distintas calles a favor de la nacionalización de la banca, las empresas y hasta la vivienda. ¡Ojo que nos metemos en terreno pantanoso!

lunes, 13 de junio de 2011

Cómo formar delincuentes.

  1. Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que le pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
  2. Cuando diga malas palabras, ríaselas. Esto le hará pensar que es muy gracioso y le animará a decir palabras aún más “graciosas”.
  3. No le dé ninguna educación espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente por sí mismo.
  4. No le reprenda nunca ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpa. Cuando más tarde lo arresten por algún delito, se consolará pensando que la sociedad está en contra de él y que es víctima de una persecución.
  5. Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, juguetes, ropa… Hágaselo todo, ahórrele todo esfuerzo. Así creerá que todos están a su servicio y se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
  6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide bien de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero deje que se le llene la mente de “basura”.
  7. Dispute y riña a menudo con su cónyuge en presencia de su hijo. Así no se sorprenderá ni le dolerá demasiado el día en que la familia quede destrozada para siempre.
  8. Déle todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de él es necesario trabajar. ¿Por qué dejar que el pobrecito pase los mismos sinsabores que usted?
  9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. La mortificación y la austeridad no harían más que conducirle a una frustración perjudicial.
  10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con los vecinos, maestros o policías. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo, que le han tomado manía y le quieren mal.

Si pone en práctica estos preceptos, prepárese para llevar una vida llena de pesares, que será la que usted mismo se ha labrado. Y cuando su hijo se encuentre en serios apuros, discúlpese diciendo: “Nunca pude con este muchacho”.

Para NO formar delincuentes

jueves, 9 de junio de 2011

Demócrata Grandes

D. Gonzalo Anes, director de la RAH

Pido permiso al respetable para coger el toro por los cuernos, iniciar la faena y tras la pica y las banderillas empuñar la espada para entrar a matar procurando finura, temple y decisión en la estocada. Pongo en conocimiento del gran público, para el que no lo sepa pues menuda se ha armado, que la Real Academia de la Historia ha concluido el “Diccionario Biográfico Español”. Debido a una filtración sin duda interesada –hay que ver con las fugas- se ha podido conocer el contenido de algunos perfiles biográficos y la polémica no se ha hecho esperar. La controversia, como no podía ser de otra manera, no se debe a lo incluido en las semblanzas de Largo Caballero, Dolores Ibarruri –esa señora que estando en el Parlamento dirigió a Calvo Sotelo aquellas cariñosas palabras de “este es tu último discurso” y, efectivamente, lo fue- o Santiago Carrillo, mitificado en vida. No, a pesar de sus oscuros pasados, no. ¿Adivinan qué biografía ha provocado la ira de la izquierda más rancia y casposa de este país? Sí, que sí que lo saben, con…, por supuesto, con la de Francisco Franco Bahamonde, aquel dictador que ocupó la poltrona durante cuarenta años –alguna autonomía a estado a punto de superar el “record”- y al que Zapatero se empeña en no dejar descansar en paz. Resulta que el historiador y miembro dela RAH Luís Suárez Fernández ha sido el encargado de redactar la susodicha biografía y que, al parecer, califica el régimen franquista como “autoritario” en lugar de “totalitario”. Yo no voy a entrar en cual es el término más apropiado, pueden acudir al diccionario y comprobar por sí mismos que no son dos antónimos. Dicho esto, es cierto que Luís Suárez está vinculado a la Fundación Francisco Franco y que preside la Hermandad del Valle de los Caídos, lo que sin duda puede implicar una ausencia de objetividad a la hora de valorar la figura del anterior Jefe del Estado. También es evidente que cabría dudar de la objetividad dada a la semblanza de Felipe González por Juan Luís Cebrián, Consejero Delegado del Grupo Prisa y ello a pesar de ser hijo de un alto cargo de la prensa del régimen franquista, ya ven. Pero reitero que ese no es el objeto de este artículo.

Todo estaba en aparente orden hasta que, gracias a la citada filtración, Almudena Grandes, dicen que escritora, ha cogido el micrófono y, junto a otros miembros de la Plataforma contra la Impunidad Franquista, ¡ojo!, se ha dirigido a la Puerta del Sol, últimamente tan de moda, para exigir “que se juzgue -¡ojo!- al director de la Academia de Historia” al grito de “Fuera fascistas de la Academia”, un vocerío que mantuvieron hasta llegar a la sede de la RAH, donde siguieron con el linchamiento. Esa actitud de acoso y derribo a todo aquél o aquello que intelectualmente no sigue los patrones de lo políticamente correcto es lo que denuncio aquí. Se trata de un comportamiento autoritario o totalitario, lo mismo me da que me da lo mismo, y, por tanto, repudiable en democracia. Si la señora Grandes tiene algo que objetar al trabajo de la RAH tiene fórmulas mucho más democráticas para ponerlo de manifiesto y más si lo hace con argumentos y rigor intelectual; señalar con el dedo corresponde al pasado, precisamente a épocas donde la libertad se vendía cara.

Ay, la memoria, la historia y su manipulación. Al respecto y frente a Almudena Grandes, ya ven, el profesor Francisco Rodríguez Adrados (Salamanca, 1922), ilustre helenista, filólogo y miembro de las Reales Academias de la Lengua y de la Historia, dice que la República, por ejemplo, es un periodo que “ha sido blanqueado y del que se ofrece una visión idílica. Para quienes hemos vivido determinados periodos históricos resulta francamente difícil de digerir y ofensivo”. Y al ser preguntado porqué el periodo relativo a la guerra civil sigue levantando ampollas responde: “La guerra civil española es la única en el mundo en que la historia la escribieron los vencidos y quieren ganarla ahora en los periódicos. Se ha cargado contra la historia de España de una manera infame”. Guarden silencio, por favor, no vaya a enterarse la señora Grandes.

* Publicado el 9.06.2011 en La Tribuna de Albacete

Nasía pa luchá, reclamá y protestá


miércoles, 8 de junio de 2011

El maestro de las bolas de nieve


O el arte de escribir artículos. Este año se cumple el centenario del nacimiento de ese gran hombre, que resultó ser poeta, periodista y gallego soñador, que fue, que es, don Álvaro Cunqueiro Mora. Devorador de mitos y leyendas, aventurose, junto a otros colegas como Torrente Ballester, a recorrer los frondosos caminos a ninguna y a todas partes de entre los bosques de la imaginación. Aquél gran hombre de letras, que se sentía más cómodo escribiendo en gallego que en español, glotón y de aspecto bonachón, confesaba que “a mis lectores cuento mi sorpresa o mi preocupación del día, el recuerdo del último viaje, la impresión de la más reciente lectura, y de todo ello quiero deducir y mostrar que la vida es inmensamente rica, y que el aburrimiento es una traición”. Y de eso tratan también los artículos, cultos y elegantes, de otro ilustre maestro de articulistas, leal colaborador de esta casa, que es don Ramón Bello Serrano, discípulo directo del patriarca de la columna en Albacete, el insigne don Ramón Bello Bañón, su padre. El jueves, en la Casa de la Cultura José Saramago, Ramón Bello, hijo, nos ilustró y de qué manera acercándonos un poquito más la vida y obra del celebre escritor gallego, al tiempo que aparecían sobre la palestra distintos autores y anécdotas de lo que ya podemos denominar como la dilatada “historia del articulismo español”. Que estamos ante un género literario en sí mismo ya no cabe duda, que lo han impregnado de enorme calidad y prestigio los Larra, Azorín, Unamuno, Ortega, Baroja, Machado, Camba, Corpus Barga, Pla, González Ruano y tantos otros, tampoco. Que cuál era el misterio de Cunqueiro al contar lo que hacía, lo dejó escrito: “Lo más propio mío es sumar noticias que muestran lo vario que es el mundo, y lo ricamente, y con cuántas sorpresas se puede almacenar la memoria humana. Yo, que no desconozco los grandes temas del siglo, y estoy atento a eso que llaman la coyuntura económica, y acepto la gran patética de mi tiempo, y quiero ayudar, en lo que me sea posible y aún bastante más, al hombre de estos días…, no me dejo asustar por los profesionales de la angustia, y busco en la pericia humana, tantas veces mágica aventura, tantas veces sucesos espléndidos y mitos trágicos, la razón de continuar.” Pues eso, un maestro. Ah, se me olvidaba, sepa el interesado que el título de este humilde artículo de uno suyo lo tomé prestado.

*Publicado en La Tribuna de Albacete el 8.06.2011

miércoles, 1 de junio de 2011

¿Para qué escribimos?


"No podría escribir nunca para contentar al público".
Miguel Sánchez-Ostiz

Entre otros motivos (tampoco para contentar al público), para reflexionar y poner en orden mis pensamientos -artículos, ensayos-, o para retener en un papel lo dado por la imaginación y la realidad -relatos, cuentos, novelas-, podría contestar yo. O para que alguien tenga material algún día que quemar...