sábado, 24 de marzo de 2012

En la "Champions League"


Hasta hace muy poquito tuvimos hospedado en La Moncloa al presidente de la Champions League. Ahora anda dando conferencias por Venezuela -¡dónde si no!-, enseñando al prójimo cómo ser austero y escrupuloso en el uso del dinero de los ciudadanos, cómo inculcar en la ciudadanía los valores que vinculan al pueblo con su patria y cómo elevar lo que nos une para acabar con lo que nos separa. También, me cuentan, habla en sus conferencias –lógicamente se pone como ejemplo- de cómo acabar con el paro, de cómo combatir el déficit y de cómo dejar las cuentas públicas saneadas y con superávit. Le preguntan, por lo visto, que cómo con ese balance ha podido perder las elecciones generales obteniendo, además, el peor resultado electoral de la historia de su partido. “No tengo ni idea”, dicen que dice.

            Como líder del socialismo español tenemos ahora a un hombre por todos desconocido hasta el pasado congreso de Sevilla. Nunca antes ha desempeñado tareas de gobierno y su gestión al frente de las múltiples multinacionales por las que ha pasado ha sido de un éxito arrollador; por ello es la esperanza y la alegría del socialista español. No hablo de Carlos Slim –el hombre más rico del mundo en el 2011 según la revista Forbes- ni de su “consejero delegado”, el otrora socialista Felipe González. No, me refiero a la estrella de las estrellas, al que si estuviera en el gobierno nos sacaría de la crisis sin hacer un solo recorte –y no como estos fachas-, al que duplicaría el salario de funcionarios, pensionistas y le pondría uno a las amas de casa… Me refiero, como no podía ser de otra manera, al joven, esperanzador y regenerador líder del socialismo español, al salvador de nuestra patria, el gurú de los gestores, el de todo para el pueblo, señoras, señores, ante ustedes: Alfredo Pérez Rubalcaba, o A. P. para los amigos. Desconocido en lo público pero con una exitosa carrera profesional en lo privado, como ya he indicado.

            José Antonio Griñán, con la ayuda inestimable de Alfredo, va a arrasar el domingo en Andalucía. Quien piense lo contrario no está bien de la cabeza, los hechos hablan por sí solos. Después de 30 años de socialismo andaluz, la Comunidad Autónoma de Andalucía  es la única que juega aún hoy en la Champions League: es el territorio nacional con menos paro, el que tiene las tasas de desempleo juvenil más bajas, el que más inversiones de empresas privadas ostenta, la tierra a la que acuden la casi totalidad de las multinacionales que invierten en España. Andalucía es ejemplo de educación pública: chinos, japoneses, suizos, suecos, noruegos, finlandeses y alemanes vienen a estudiar su sistema académico. Otro tanto pasa con su sistema público de salud. Es la región de España con mejores infraestructuras, con menos corrupción y donde más transparencia existe en las cuentas públicas. Es, a su vez, la comunidad de toda España con el nivel de renta per cápita más alto, o lo que es lo mismo, la región más rica en lo que a la ciudadanía se refiere. Por ello y por muchísimas cosas más, el domingo va a arrasar el socialista Griñán.

*Publicado en La Tribuna de Albacete el 24.03.2012

viernes, 23 de marzo de 2012

Alegría


Alegría. Elijo esta palabra para mostrar mi sentir al abrir esta página, la mía y la de ustedes, y encontrarme el mensaje de un viejo amigo, del que durante años el contacto he perdido, y que me quiere escribir. Alegría. No tardes, amigo, ansioso estoy por saber de ti.

Fueron muchos, antaño, los momentos y experiencias compartidas. Aquellos años de adolescencia donde no terminábamos de ser adultos pero tampoco ya éramos niños. Días de instituto en los que, entre bromas y risas, nos íbamos haciendo hombres. Esa etapa concluyó y cada uno siguió su camino. Coincidimos luego en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, pero en carreras distintas. Concluida aquella hermosa etapa lo último que de él he sabido ha sido por otras personas, que seguía practicando atletismo, que continuaba con las oposiciones a judicatura: ¿eres ya juez? Luego pasaron los años y cambié de ciudad, recuerdo que una vez le llamé por teléfono y la sorpresa se la dí yo a él. Perdido su número, desde entonces el recuerdo ha mantenido viva la esperanza de algún día volverlo a ver.

Ha sido hoy, como digo, al abrir esta página que noticias he tenido de él: me escribe mi amigo y siento alegría: pronto nos volveremos a ver. 

lunes, 19 de marzo de 2012

¿Sabes la hora que es?

En la noche profunda
En la noche fría, absorto en la lectura
de mi libro, olvidé la hora de acostarme.
Los perfumes de mi colcha bordada en oro
se han disipado ya y el fuego se ha apagado.
Mi bella amiga, que hasta entonces a duras penas
había dominado su ira, me arrebata la lámpara
y me pregunta: ¿Sabes la hora que es? 



Poema de Yan Tsentsai (s. XVIII).