Los hechos ya están aquí, los procesados también. El 4 de mayo de 2006 unos policías daban un chivatazo a los responsables del núcleo económico y financiero de ETA evitando así lo que iba a ser un durísimo golpe policial contra la banda terrorista. Hablamos del chivatazo del Bar Faisán. Un apunte, los etarras han matado nada más y nada menos que a 829 compatriotas desde 1968. Sigo. El ex director general de la Policía Víctor García Hidalgo, el inspector de Policía José María Ballesteros y el jefe de la Policía en vascongadas Enrique Pamiés, han sido procesados por el magistrado del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, don Pablo Ruz, por dos delitos, uno de revelación de secretos y otro de colaboración con banda armada, ¡ojo! Lo diré de otra manera, tres miembros del Cuerpo Nacional de Policía de la máxima confianza del actual candidato socialista a las próximas elecciones generales y otrora Ministro del Interior y, a su vez, colaboradores inmediatos del actual Ministro del Interior y entonces Secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho, han sido procesados por colaborar con los asesinos de ETA, o lo que es lo mismo, por un delito de alta traición.
No abundaré en los detalles de lo ocurrido aquél fatídico día en cuanto al desarrollo de los acontecimientos, la hemeroteca está a su disposición. Si digo, sin embargo, que es de mero sentido común pensar que a ningún policía se le ocurre dar un chivatazo a ETA como el que nos ocupa si no fuera bajo las ordenes inmediatas de un superior, y no de uno cualquiera. Razonamiento que se corrobora con lo dicho por los representantes de los distintos sindicatos de la Policía. Si ustedes analizan el nivel jerárquico de los tres policías procesados ya me dirán a mí de que superiores estamos hablando. Re-pug-nan-te, y lo escribo así para dejarlo bien clarito.
Bajo los tentáculos del señor Rubalcaba, o Pérez, o Alfred, o como se le quiera llamar, España ha vivido de los episodios más viles de nuestra historia. Ahí están los GAL y aquí el FAISAN. Que este señor sea el candidato del Partido Socialista –hoy no encuentro la O de obrero ni la E de español- a presidir un Gobierno de España es, cuanto menos, preocupante. Que Antonio Camacho sea hoy Ministro del Interior es… pongan ustedes el adjetivo. El que fuera ministro de Interior socialista, don Antonio Asunción, dimitió en 1994 tras la fuga de Luís Roldán, de cuya vigilancia se había hecho responsable. ¿Con qué han de pagar los responsables políticos de este chivatazo a todas luces RE-PUG-NAN-TE?
* Publicado en La Tribuna de Albacete el 17.07.2011