viernes, 28 de enero de 2011

Mirarnos a los ojos...

Quizás deberíamos empezar a mirar a los ojos de los hombres (se entiende que de las mujeres) como contemplamos el vibrante amanecer o el cálido atardecer frente a un hermoso valle. O como esperamos al alba que el sol acaricie la superficie del mar y se sumerja en sus profundidades. Quizás deberíamos plantearnos el mirarnos los unos a los otros como nos gustaría que Él nos mirara. Llegaría entonces el amor, la esperanza y el consuelo...

2 comentarios:

Jota Mate dijo...

Mirarnos a los ojos como lo hace un niño, con pureza, honestidad, ilusión, sorpresa. Así nos mira Dios. Y mucho más desde que se hizo hombre. Él no salva al mundo desde Arriba, viene a nosotros, vive como nosotros, mira como nosotros y... muere por nosotros. Por Amor. Cristo nos devuelve la esperanza.
Gracias Juan Pablo, porque nos das un motivo para la oración y la reflexión.
Un abrazo hermano en Cristo.

Alfonso dijo...

Muy hermoso. Quizá entonces hallásemos en los demás la pureza de corazón que nos gustaría que Él viese dentro de nosotros.