jueves, 28 de noviembre de 2013

Carta a José Luís Alvite

Estimado José Luís, como cada mañana desde hace años acabo de leerte. Acostumbrado a ese soplo de aire fresco, a ese gozo literario en forma de columna, y aunque también, ésta vez tu Carta a Carlos Herrera me ha disgustado muchísimo, ya ves. Y no porque con dos sobres de azúcar se me haya quedado el café amargo, no. Tampoco porque piense que me robaras a la rubia de la que me enamoré anoche, que sé que ese no es estilo de quien aprecia a sus lectores; ni porque hayas dejado de rendir homenaje a ese humo, ya mítico, que aún hoy uno encuentra en el Savoy, a donde acudimos a tomarnos una copa huyendo del ruido mundanal y de tanta podredumbre. O porque hayas dejado de llevar al váter a tu vieja máquina de escribir. Sin embargo, y me consta, sí que has dejado de bailar con ella, con la máquina. Pero tampoco. Sabes muy bien el motivo de mi disgusto, del que no te culpo a ti. Un fuerte abrazo.


* Publicado en La Razón, el 28.11.2013

No hay comentarios: