jueves, 18 de febrero de 2010

"Funcionarios", por Rafael Ordoñez

Por su interés, y en solidaridad con miles de funcionarios, les dejo con un artículo, a mi juicio brillante, escrito por D. Rafael Ordoñez en el diario "Huelva informaciones" el pasado 25.08.2009.

arias breves
Funcionarios
Rafael Ordóñez Actualizado 25.08.2009

"HA bastado que un personaje de la talla intelectual del ministro de Fomento del gobiernito de España haya dicho que hay que congelar el sueldo de los funcionarios para que las hordas mediáticas se hayan puesto a babear al unísono diciendo sí, sí. Un gobiernito que ha endeudado a la nación para los próximos cincuenta años en cotas inimaginables, que despilfarra literalmente lo que puede y lo que no, que está señalado como inútil y manirroto en todos los organismos internacionales de la cosa económica, que ha puesto a España ante la increíble posibilidad de ser expulsada de la zona euro, viene ahora y nos da lecciones de austeridad a costa de los funcionarios. El señor Blanco que acaudilla la cruzada para colocar a la compañera Pajín como senadora del Reino y meterle tres millones de pelas mensuales en la cuenta corriente ha sido el encargado de poner a los funcionarios a los pies de los caballos. Resulta que en la década prodigiosa del pelotazo, cuando casi todo el mundo se lo llevaba calentito a casa, cuando un encofrador ganaba tres mil euros mensuales, cuando buscar un albañil era una heroicidad, cuando el último garrulo del pueblo montaba una constructora y se forraba sin cuento, cuando un muchachito que no sabía poner tres ladrillos derechos se paseaba con la novia en un Audi A3, los funcionarios aguantaban y penaban. Nadie se acordaba de ellos. Eran los perdedores del momento, los que hacían más números que un contable porque los demás estaban inflacionando el país hasta llegar a lo que hemos llegado.Y ahora resulta que la culpa de este desmadre la tienen los funcionarios. Los alcaldes de pueblo cobrando un millón de pelas mensuales limpias de polvo y paja, no. Los diputados y senadores a entre uno y dos millones mensuales, tampoco. La avaricia bancaria que prestó dinero a quien sabían que nunca iba a devolverlo, tampoco. La lista de despropósitos a señalar es mucho más grande que el espacio de este artículo. La culpa, según estos adalides de la desfachatez, es del juez que ha estado cinco años preparando unas oposiciones monstruosas, del inspector que se ha dejado la vista y la salud en cuatro años de oposiciones tremendas, tras cinco años de carrera primorosos, del profesor que ha sorteado interinidades y oposiciones cada vez más duras y que por poco más de mil euros aguantan a los niños y las niñas de mamá y papá; papás y mamás a los que no les da la gana de hacer lo que están obligados: educar a sus hijos. Prometo más artículos contra esta ignominia de querer culpar a los funcionarios de la ruina en la que nos han metido unos cuantos inútiles. Menuda tropa".

10 comentarios:

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Como no se trata de un artículo mío voy a hacer el siguiente comentario:

Yo no lo habría descrito mejor. Que nadie quiera vender (nos) que los problemas, no solo económicos, por los que pasa España son consecuencia del número de funcionarios.

Otra cosa es que la Administración Pública en su conjunto pueda funcionar con mayor eficacia y eficiencia, o que se solapen funciones como ocurre con las Diputaciones provinciales. Pero ese es otro tema.

El señor de la Ceja y su gobierno llevan 6 años tirando muchos miles de millones de euros a la basura y con políticas nefastas en lo político, lo económico y lo social. Una realidad.

Mi enhorabuena para D. Rafael por su brillante artículo.

Anónimo dijo...

SIN DUDA ESTO ES LO QUE SIEMPRE HE DICHO EN VOZ ALTA CUANDO ME ENCUENTRO REUNIDO CON AMIGOS O FAMILIARES. AHORA TODO EL MUNDO SE ACUERDA de que soy funcionario, y yo me cago en to lo que se menea. los ultimos 10 años nadie se acordaba de que yo ganaba 5 veces menos que el más tonto del pueblo.
AMEN

jgss dijo...

La Administración en España (I)
En las épocas de las vacas gordas, como la que hemos estado viviendo durante algunos años en el mundo occidental, el observar que tu vecino ha cambiado de coche y que además está llegando a casa todos los días a tiempo para atender a sus hijos durante las tardes, es algo en lo que sí que reparas pero que no le das importancia excesiva ya que tú también has cambiado de coche, pero a un modelo muy superior y cuando llegan las vacaciones te vas a una urbanización de Cádiz que tiene club de golf, deporte al que has aprendido a jugar con los socios de la empresa en la que trabajas, invitado por ellos, claro.
El problema viene, como siempre, cuando llega la escasez. Ya no te invitan al club de golf, los incentivos variables se han reducido a la mínima expresión, tu coche ya es viejo y sigues llegando a casa incluso más tarde, e incluso en el peor de los casos te has quedado sin empleo.
Sigues observando a tu vecino y compruebas que en él, nada ha cambiado. Indagas y descubres que trabaja para el Estado, la Comunidad Autónoma o el Ayuntamiento. Es un empleado público, funcionario o contratado laboral, con lo cual pensamos que tiene el empleo asegurado… por eso está “tranquilo”.

Es en estos momentos cuando afloran las miserias del hombre. En momentos de penuria nuestros cerebros se vuelven más incisivos y aparecen las envidias, queremos ser todos iguales, más iguales que antes, incluso eliminando a nuestro vecino el bienestar que en este momento carecemos nosotros, sin preguntarnos por qué él ha llegado a ese bienestar, e incluso sin pensar en el que teníamos nosotros, y no él, cuando las vacas eran gordas. Aparecen los mensajes demagógicos de políticos y periodistas, los cuales escriben sus titulares con el principal objetivo de impactar y no de informar; pero eso es otro tema.
Comienza la evaluación pública de la productividad de la Administración, es decir, de sus empleados públicos, quedándonos en verdades a medias como la de que el empleo es para “toda la vida”, que no se trabaja lo suficiente, que hay mucho vago, que cada vez hay más funcionarios en España, etc.

jgss dijo...

La Administración en España (y III)

Las ventajas que tenía que la capa Técnica de alto nivel no tuviera contaminación política eran la continuidad y el rigor, técnico, de las decisiones. Ahora, todo, absolutamente todo, está dirigido y determinado por las decisiones puramente políticas; se cuida hasta el más mínimo detalle político. Estas decisiones políticas no son pensando en dar soluciones esperadas por la sociedad, sino pensando en otros menesteres que a ninguno de nosotros se nos escapa, como las posturas siempre en contra del adversario político e incluso los tiras y aflojas entre corrientes distintas del mismo partido. Además, esas capas directivas de corte político saben de su temporalidad en la Administración a la que están sirviendo y no se meten en líos de temas de exigencias de productividad y eficiencia y mucho menos en líos de despidos y/o expedientes disciplinarios, ya que la única consecuencia que obtendrían sería una pérdida de votos. Es decir, no ejercen su responsabilidad; y de ellos hacia abajo, obviamente. Esto no exime de culpa al “jefecillo” de corte puramente técnico, que debe de exigir a sus colaboradores que trabajen a buen nivel, pero no lo pone nada fácil.

Creo que los Sindicatos se deberían de ocupar, también ellos, de este problema. Tienen que luchar por mejorar el sueldo de todos nosotros, mejorar las condiciones de trabajo, intentar que la tasa de paro sea mínima, etc., pero no se tienen que olvidar de que los trabajadores, incluidos los que ejercen alguna responsabilidad, por pequeña o grande que sea, debemos de cumplir todos con la labor de trabajar siendo productivos para nuestra empresa, pública o privada. Estos sindicatos, tristemente, se han ido alejando poco a poco de este marco, para ir acercándose a la política y ponerse al servicio de ella.

Las campañas dirigidas a desacreditar a las Administraciones públicas no van a tener otra consecuencia que la de desacreditar a un conjunto de la población que ha optado por desempeñar su profesión en un Ministerio, Consejería, Junta de Distrito, etc. Y estoy seguro de que la mayoría quiere desempeñar su trabajo con la máxima dignidad posible. Si se es consciente de que algo no funciona hay que diseñar las acciones a realizar dirigidas a solucionar los problemas existentes, pero claro, hay que tener cuidado, no nos vayamos a hacer daño.

jgss dijo...

La Administración en España (II)

En la Administración española xisten mecanismos para “evitar” que el empleo sea vitalicio, eso sí, hay que argumentarlo en cada caso; se pueden hacer despidos y expedientes disciplinarios, pero ¿por qué no se hace?
En cuanto al grado de intensidad en el trabajo y el número de vagos por metro cuadrado, yo siempre he pensado que la culpa siempre la tiene el jefe, desde el jefecillo hasta el pez gordo, incrementándose el grado de culpa proporcionalmente a la responsabilidad que se ostente. Un trabajador no trabaja si su jefe se lo permite.

Es cierto que en España el número de funcionarios ha aumentado mucho en los últimos años, pero no nos tenemos que olvidar de la organización de Estado que tenemos. En los últimos años, el Estado ha ido realizando el traspaso de competencias a las distintas Comunidades Autónomas, las cuales tienen que gestionar esas competencias nuevas y obviamente tienen que contratar a personal nuevo, es una simple regla de tres. Además, algunos municipios importantes demandan para ellos el traspaso de algunas de esas competencias, lo cual abunda en lo anterior. Y no nos tenemos que olvidar de nuevas gestiones que van surgiendo y del crecimiento de la población a la cual las Administraciones tienen que atender. Números sencillos.

Ahora bien, ¿la Administración funciona?, pues yo creo que en todos los sitios se cuecen habas. En grandes compañías como Telefónica, Iberdrola o Banco Santander, se me antoja que trabajan personas que no dan un palo al agua o por lo menos dan la misma impresión que cualquier empleado público del que pensemos que es un vago. Y es que la masa, ya se sabe, facilita esta postura. Para hacer trabajar a sus subordinados, el jefe de las compañías privadas tiene un arma muy poderosa, una espada de Damocles: el despido más sencillo que en la Administración.
Esta facilidad que no tiene, en la misma medida, el jefe de cualquier nivel de la Administración, es algo que hace que el empleado público que ostente una responsabilidad y tenga personas a su cargo, debe de esforzarse mucho más y ser más creativo para incentivar a sus colaboradores. Esfuerzo que a veces se ve mermado debido a la falta de apoyo de sus mayores, y es que el perfil de las personas que ocupan los puestos de responsabilidad en las Administraciones está cambiando. Cada día es más fácil comprobar que determinados puestos eminentemente de corte técnico son ocupados por personas que acceden al mismo a través de concursos de méritos, mecanismo legal y adecuado, pero que además de tener esos méritos exigidos, son miembros del partido político de turno en el poder, incluso son o han sido diputados, concejales, etc.

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Estimado jgss, gracias por tu comentario con el que estoy totalmente deacuerdo.

Añadir una cosa, los Jefes cobran productividades que firman los politicos de turno, y a buen entendedor...

Un cordial saludo,
Juan Pablo

Anónimo dijo...

En mi opinión, el problema es la falta de exigencia del cumplimiento de responsabilidades.

Cuando una actividad no cumple, es obligación del responsable encargado de su gestión, la supervisión del motivo y la subsanación de los problemas.

Yo he sido jefe de un servicio en la administación pública y, ante un problema grave en mi servicio, lo comuniqué a mi superior y tuve que oir: "sigue cobrando y mira para otro sito". Consecuencia de esta dejadez, acabé presentando la renuncia a la jefatura.

Por eso mi opinión es que el problema es la falta de exigencia del cumplimiento de responsabilidades. Si se hiciera, todo jefe procuraría que el trabajo que tiene encomendado se hiciera. Pero si su "silla" no corre ningún riesgo, ¿por qué se tiene que molestar en trabajar/gestionar bien (gobernanza) ?.

La administración pública, en general, tiene mucho que madurar para ser eficiente. La administración pública, en particular, cuenta con muy buenos profesionales que son quienes afortunadamente sacan el trabajo día a día.

Quasiangel dijo...

No, sí que se acordaban de los funcionarios en esos momentos en que casi cualquiera podía, si quería, sin casi el menor esfuerzo, si no quería, llenarse las alforjas y/o acudían a entidades de crédito para comprar sin ton ni son, gastar, gastar…, tener, tener, tener...
Y se acordaban porque éramos unos parias, unos pobres desgraciados -y unas pobres desgraciadas, no se nos olvide el lenguaje políticamente correcto- con un sueldo de mierda, aunque fijo (¡¿?!), y se burlaban de nuestras oposiciones y esfuerzos para ganarlas, de nuestros años de interinidad yendo de un sitio a otro, sin casi arraigo (cada curso en un pueblo distinto, soy maestro -funcionario, ¡y para colmo maestro!-, no sabiendo hasta última hora en dónde ibas a poner el huevo, tus huesos y tu familia el curso siguiente).
Vivo cojonu..., perdón, estupendamente, sí, pero porque no me creo necesidades y no me he metido en camisa de once varas, no debo nada porque no adquiero nada que no pueda pagar, y cuando quiero algo, primero ahorro y luego compro, además, vivo de alquiler, aunque en su día, en esos días de los que habla el artículo, se me animaba a comprar vivienda(s) y especular… y era tonto por no hacerlo. Supongo que sí, que soy más tonto que otras personas... o más sensato. En aquél entonces era tonto, ahora resulta que no era ni soy más sensato, que es que tengo mucha suerte por ser funcionario -¡y maestro!- y vivir a costa del esfuerzo de otras personas...
En fin, ¡a saber se va a la escuela!, y acabo, que se me calientan la cabeza y los dedos y termino no sabiendo lo que escriksadbvcbvcbnwskuerjrjmjfmn...

Quasiangel dijo...

Juan Pablo, no sé si habrá llegado el comentario que he enviado, parece que ha habido algún inconveniente durante el envío. Ante la duda, la más menuda, lo envío otra vez, como tiene habilitada la moderación de comentarios no se duplicará.

No, sí que se acordaban de los funcionarios en esos momentos en que casi cualquiera podía, si quería, sin casi el menor esfuerzo, si no quería, llenarse las alforjas y/o acudían a entidades de crédito para comprar sin ton ni son, gastar, gastar…, tener, tener, tener...
Y se acordaban porque éramos unos parias, unos pobres desgraciados -y unas pobres desgraciadas, no se nos olvide el lenguaje políticamente correcto- con un sueldo de mierda, aunque fijo (¡¿?!), y se burlaban de nuestras oposiciones y esfuerzos para ganarlas, de nuestros años de interinidad yendo de un sitio a otro, sin casi arraigo (cada curso en un pueblo distinto, soy maestro -funcionario, ¡y para colmo maestro!-, no sabiendo hasta última hora en dónde ibas a poner el huevo, tus huesos y tu familia el curso siguiente).
Vivo cojonu..., perdón, estupendamente, sí, pero porque no me creo necesidades y no me he metido en camisa de once varas, no debo nada porque no adquiero nada que no pueda pagar, y cuando quiero algo, primero ahorro y luego compro, además, vivo de alquiler, aunque en su día, en esos días de los que habla el artículo, se me animaba a comprar vivienda(s) y especular… y era tonto por no hacerlo. Supongo que sí, que soy más tonto que otras personas... o más sensato. En aquél entonces era tonto, ahora resulta que no era ni soy más sensato, que es que tengo mucha suerte por ser funcionario -¡y maestro!- y vivir a costa del esfuerzo de otras personas...
En fin, ¡a saber se va a la escuela!, y acabo, que se me calientan la cabeza y los dedos y termino no sabiendo lo que escriksadbvcbvcbnwskuerjrjmjfmn...

Anónimo dijo...

Creo que se nos olvida la regulación que sufrió el sector privado en los primeros momentos de la crisis. Creo recordar que a repsol se le autorizó un ere, a vodafone otro y así a un sin fin de compañías que aprovecharon su papel de lobby para restructurar su plantilla.
Y creo recordar también que sector privado no quiere decir construcción, es cierto que había muchos niños con a3, e ingresando 3000 euros al mes siendo encofradores, pero el administrativo medio seguía con su coche normal y su casa hipotecada a 50 años y que vió que en lugar de bajarle el sueldo directamente le echaban a la calle.
Así que creo que la crisis nos atañe a todos, solo que algunos ya han recibido antes.

PD: Para darle una idea a nuestro presidente sobre por donde recortar un dato. España tiene mas coches oficiales que EEUU...