jueves, 26 de noviembre de 2009

Reflexiones, recuerdos, momentos...en la noche

Entrada la noche suena The memory of trees, de Enya. La vulnerabilidad que uno vive hace que fluyan los sentimientos más hermosos, la tristeza más sincera, la sonrisa aparece sin darte cuenta y enlaza con las lágrimas que van surcando la mejilla, que ahondan por momentos la piel tersa y dura que acompaña el paso del tiempo.

Es el ser humano la obra más grande de Dios en la tierra y, sin embargo, es bien poco el tiempo que dedicamos a conocernos, a conocer nuestras miserias y nuestras virtudes. Coincido con Mario Conde, bienaventurados los que independientemente de su condición o credo estén dispuestos a pulirse para ser mejores personas, que no para tener más. Ser frente a tener. Tener ya lo tengo todo, una buena educación adquirida, sobre todo, del ejemplo de mis padres, salud, abrigo, alimento, estudios, trabajo, inteligencia, consciencia, una familia a la que quiero con todas mis ganas, amigos que entienden que soy como soy, que me quieren, tengo todo. Ser, eso es lo que me preocupa, ser mejor persona, ser más capaz, ser más tenaz, ser más humilde, ser más libre de espíritu, ser más independiente de los miedos, vivir, conocer, experimentar, caminar, un paso tras otro, en busca de la verdad, de la libertad.

Todo cambia de repente. Cae la noche y el gorrión acude a su nido donde se encuentra la compañia, el calor de cada noche, y sin embargo, sin darse cuenta, llega un día en que al alba el gorrión despierta solo, con frío y con hambre. Es entonces cuando un bullir de sentimientos recorren tu cuerpo, y tu alma. No sabes muy bien que ha pasado pero ahora es la soledad tu más fiel compañera, nunca falla, siempre está ahí, dispuesta a ser testigo de tus sonrisas y protectora de tus desdichas. La siempre leal y fiel compañera, la por siempre amiga soledad.

Dice Paulo Coelho que incluso de la tristeza hay que disfrutar. En mis momentos de tristeza bien sabe Dios que procuro sentirlos con toda mi alma, hace tiempo vivo la vida intensamente, o al menos procuro. Por eso cada vez huyo más de lo banal, no me interesa lo que se queda en la superficie, me gusta la profundidad de las cosas, de las personas, de las conversaciones, de los viajes, de las lecturas, en la profundidad de las cosas, de las personas, es donde se encuentra la gratitud a la lotería de la vida. Lo siento mucho, soy así. Soy así, respeto a quien en la superficie quiera posar su cuerpo y su alma pero para servidor esta vida es demasiado rica, demasiado bella como para no ponerse unas aletas y bucear en su interior. Bucear en su interior...

Llegan las campanas de las catedrales construidas a lo largo y ancho de toda Europa, repican en mis oídos en forma de música celestial, y me advierten de que mi corazón sigue latiendo, mi pulso en forma, mis sentidos prestan atención y si cierro los ojos veo los lagos de Covadonga, su Basílica, la Plaza de María Pita, en la Coruña, la Plaza del Obradoiro, donde el año pasado culminamos el camino de Santiago, hago un kit kat para secar las lágrimas y prosigo con los ojos cerrados, escribiendo estas letras, dejandome llevar por la emoción del momento, cuantos recuerdos, cuanta belleza, la Alhambra y su mirador, el de San Nicolás, Teruel existe y su torico también, y Zaragoza, qué decir de Zaragoza, con la plza del Pilar y la SEO en guardia, unas casas colgadas se encuentran en Cuenca y un restaurante incrustado en la Roca te alivia el hambre y te procura el placer de una buena gastronomía mezclada con un buen paladar, y Madrid, no podía faltar mi Madrid, el Retiro en mi primera carrera popular, esos paseos por el Palacio de Oriente, la Plaza Mayor, Sol, Huertas, la Gran Vía, el Café Gijón...cuántos recuerdos y que hermosos todos ellos. El momento permanece mientras perdura el recuerdo y, Dios mediante, espero muchos años ser consciente de todos los hermosos momentos vividos junto a .

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cómo expresar los sentimientos, que en este mismo instante recorren mi interiór de abajo arriba y de arriba abajo, golpeando mi pequeño corazón cada palabra de dicho gorrión.

La verdad? Me gustaria, pero eso es algo que no puedo reflejarlo en un papel, solamente siento humecer mi rostro,ya que yo, también vivo todos esos recuerdos, que no son pocos... UN BESO TORRI.