sábado, 5 de enero de 2013

Una noche diferente


Lo contó a penas una hora antes de coger un tren rumbo a A. S.. Allí se encontraba su abuelo hospitalizado, con un principio de neumonía. A diferencia del año anterior, la historia se repite, esta vez lo habían cogido a tiempo.

Me contó que aquella primera vez, en la que paso la noche cuidando de su abuelo, sería una de las experiencias más hermosas del año. Finalizado el año dijo que efectivamente lo fue.

Quiero pensar que de la enfermedad se pueden aprender buenas y grandes lecciones. Conozco personas que dicen que visitando a los enfermos han entendido la autenticidad del amor, que más que amar han sido amados.

Aquella noche, junto a su abuelo, también se sintió amado, acompañado, vivo.

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