viernes, 29 de abril de 2011

El pelele


El pasado Domingo de Resurrección, al acudir a misa en un nuevo día gris, andaba yo con la mirada puesta en los balcones de las casas que se cruzaban en el camino. Llamó mi atención una serie de muñecotes que aparecían en ellos colgados, como a la espera. Me imagino que esto no solo ocurre en El Toboso, patria chica de Dulcinea, la del Quijote, sino que es tradición común a los pueblos de Castilla La Mancha y del resto de España. Caí entonces en la cuenta de que, dado el día que era, aquellos muñecos eran los peleles, que no peluches. Es lo que tiene salir de casa con el tiempo suficiente como para ejercitar el arte de ver, de “saber mirar”, como diría Paco Sánchez, el periodista. Caminamos por la vida corriendo y no caemos en la cuenta de las cosas, en lo importante.

Pues al pelele van dedicadas estas líneas. Y a toda esa generación de jóvenes que van a votar por primera vez y que, al parecer, no saben como se elige al presidente del Gobierno ni qué día se aprobó la Constitución. El Pelele, con mayúscula, era y es un muñeco de paja o trapo con figura humana que se confeccionaba con ocasión del Domingo de Resurrección para representar la figura de Judas. Cuentan los mayores que eran las chicas las que se encargaban de ello el Sábado Santo, colgando los peleles al día siguiente en balcones, terrazas o ventanas. Luego, por la tarde y con Jesús ya resucitado, las artistas procedían al “manteo” del pelele que tan genialmente pintó Goya, tratando los chicos de arrebatárselo para destruirlo. Al muñeco le acompañaba un cartel en el que figuraba una inscripción de tono burlesco que hacía referencia al “acto de la traición de Judas a Jesús". Algo así como: “Por treinta monedas de plata, entregas al que te ama, con un beso le delatas, y Él con su muerte te salva”. Mucho han cambiado los tiempos pues si mis ojos no me fallan, que va a ser que no, este año los carteles hablaban de la victoria del Real Madrid en la copa del Rey, de Leire Pajín o de Esmeralda Grao. En fin…

*Publicado en La Tribuna de Albacete el 01.05.2011

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