jueves, 24 de octubre de 2013

La "doctrina Parot" y más. Análisis político.

En un comunicado publicado el pasado lunes 21 de octubre en el diario El País, afirma el PSOE en boca de Oscar López “que le repugnan las consecuencias que la aplicación de la sentencia –TEDH- puede tener”; “acatamos esta sentencia como también lo hicimos con la interpretación que hizo el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional” –en el año 2006, recordamos-, y señala que para su partido “no puede costar lo mismo matar a una persona que a 24” (¿qué es la hipocresía?).

Por el Partido Popular, los ministros del Interior, Jorge Fernández Díaz,  y de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, se han remitido a los Tribunales a la hora de aplicar el fallo europeo, y nos recuerdan que siempre han estado a favor de la doctrina “Parot” (¿qué es la hipocresía ). Y entonces le recuerdo a Fernández Díaz que Jose Uribetxeberría Bolinaga, que asesinó a 3 guardias civiles y tuvo en un zulo metido a Jose Antonio Ortega Lara durante 532 días, está en la calle gracias a su condescendencia, sí, porque podía haberlo evitado, ayer y hoy (¿porqué una vez superados los 9 meses de esperanza de vida diagnosticados no vuelve a la cárcel?) Otra pantomima, suspenso ministro. Y respecto al señor Gallardón, pues qué quieren que les diga, ¿cuántas reformas legales en el ámbito de la justicia prometió que se iban a hacer y cuántas se han hecho? Suspenso ministro.

A juicio del que esto escribe, con el caso de Henri Parot y de Inés del Río, condenada esta última a la friolera de 3.000 años de cárcel, como con tantos otros, ha ocurrido lo que sigue, pero antes recordemos algunas cosas:

Primero: El Código Penal franquista de 1973 estuvo vigente hasta 1995, bien entrada ya nuestra “democracia”. Durante ese periodo de tiempo, ni UCD, ni el PSOE de Felipe González (¡y mira que estuvieron 14 años en el poder!), consideraron oportuno modificar un código penal que “premiaba”, entre otros, a los terroristas redimiendo sus penas en 1 día por cada 2 días de trabajo en prisión (artículo 100). En paralelo hay que recordar aquí, que tenemos muy poca memoria, que los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) hacían el trabajo sucio a la hora de combatir a ETA (y si no que se lo pregunten al policía José Amedo, al ministro del interior socialista José Barrio Nuevo o al secretario de Estado de Seguridad socialista Rafael Vera, por cierto, todos ellos condenados por el Tribunal Supremo y por el Constitucional a no pocos años de prisión e inhabilitación absoluta por los delitos de secuestro, malversación de caudales públicos o incluso, en el caso de Amedo, asesinato). Sé que a algún lector se le subirá toda la sangre a la cabeza, me pondrá de fascista para arriba, pero ¡ea!, es lo que hay.

Segundo: Si recuerdan, en esos años ETA mataba un día sí y otro también. Militares, guardias civiles, hombres, mujeres y niños civiles, políticos socialistas y políticos populares eran asesinados quedando su sangre esparcida a lo largo y ancho de España. Eran los Parot, los del Río o los Bolinaga los que estaban detrás de estos repugnantes crímenes; delitos cometidos estando en vigor el citado Código Penal de 1973, recordemos.

Tercero: “Felizmente”, durante el último año de gobierno de Felipe Gonzalez, en 1995, se modifica el Código Penal, pero las novedades que introduce éste solo serán de aplicación para las faltas y delitos cometidos a partir de su promulgación.

Cuarto: Salvo que solamente yo haya contemplado la imagen, es un hecho tan obvio la negociación del PSOE de Zapatero con ETA –antes y durante su estancia en el poder- como real es el encuentro que Patxi López mantuvo con Otegui -no me digan que no se acuerdan- para hablar de cómo preparar un buen salmorejo, ¡ejem!.

Quinto: El 11 de marzo de 2004, tres días antes de unas elecciones generales, 192 personas pierden su vida en un atentado terrorista en Madrid (no voy a entrar aquí en la autoría del mismo, solamente diré que es muy extraño que un grupo terrorista cometa un atentado de tales magnitudes en país ajeno si, en el caso de existir, no cuenta con el “visto bueno”, la “benevolencia” o incluso la “colaboración” del grupo terrorista del país objeto de la acción criminal –según fuentes policiales y militares consultadas).

Sexto: Contra todo pronostico (y las encuestas publicadas en la prensa de aquellos días están en las hemerotecas a su disposición), el 14 de marzo de 2004, el PSOE de José Luís Rodríguez Zapatero (siempre me gusta distinguirlo del de González) gana las elecciones generales.

Séptimo: Durante los años sucesivos, y no es para menos, el tema de relevancia pública por excelencia es la “investigación” de lo ocurrido en Madrid aquél 11 de marzo. Años de tremenda crispación y tensión política, social e informativa. El juicio por los atentados de Atocha se inicia el 15 de febrero de 2007, casi tres años después.

Octavo: Finales de 2005, principios de 2006, en medio de la crispación señalada salta a la opinión pública que al Tribunal Supremo le toca decidir sobre los recursos interpuestos por, entre otros, el sanguinario Henri Parot. De seguir aplicando el criterio mantenido hasta entonces por el Tribunal Supremo en su interpretación de lo dispuesto en el Código Penal de 1973, decenas de los terroristas más sanguinarios de ETA serían puestos en libertad. Como decíamos el martes, el Tribunal Supremo “cambia de rumbo”. ¿Ustedes se imaginan la excarcelación en el 2006 de decenas de etarras cuando nos levantábamos y nos acostábamos un día sí y otro también, lógicamente, con el caso del 11-M? Qué astuto Zapatero, se presiona al Tribunal Supremo y se le pasa el “testigo” a Europa. Hoy, mientras Oscar López dice lo que dice, el TEDH es ahora el más malo del mundo mundial (y mira que alguno de sus componentes no brillan por su independencia y objetividad precisamente).

Después de esta enumeración o reflexión cronológica, como prefieran, me atrevo a afirmar lo siguiente:

Venimos asistiendo ayer, hoy, y lo veremos mañana, a una amnistía descubierta (¡cómo que encubierta!) de los presos etarras. Ello es fruto de la negociación mantenida con ETA por el PSOE de Zapatero (y, visto lo visto, no me extrañaría que con el visto bueno del Partido Popular -¿dónde está María San Gil?-) y que va a terminar de llevar a cabo el gobierno de Rajoy. Estamos ante la más alta traición que a las víctimas, a España y a los españoles se ha hecho en los años que llevamos de seudo democracia.

Y de esta traición son responsables nuestros políticos, por incompetentes y negligentes ayer, y por cobardes, mentirosos y acomplejados hoy; sé que no es justo generalizar, pues sí que existen políticos decentes, honrados y trabajadores, aunque éstos no sean noticia por ello.

Señores, esto es lo que hay. El SISTEMA está podrido y me temo que únicamente depende de nosotros, ciudadanos de a pie, estudiantes, trabajadores, futuros profesionales o políticos, el que devolvamos a lo público la honradez y el rigor intelectual, humano y laboral que es debido. ¿No es Santo Tomás Moro patrono de políticos y gobernantes? He ahí un buen espejo en el que mirarse.

Hoy el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no ha tumbado nada, ni es responsable de nada, se ha limitado a aplicar la ley, el derecho positivo, pero éste cambia, y ahora pregunto al señor Gallardón: ¿para cuando una modificación del Código Penal que introduzca la cadena perpetua –revisable si se quiere- para terroristas, asesinos, y políticos corruptos? ¿Para cuando una nueva Ley Orgánica del Poder Judicial que garantice una auténtica independencia de Jueces y Tribunales, pieza clave de cualquier democracia que se precie?

Y concluyo. Señor Mariano Rajoy Brey, a la postre presidente de un gobierno con mayoría absoluta del que usted es el máximo responsable, que cuenta, o contaba, con la confianza de casi once millones de ciudadanos, digo, que si le pregunta un periodista su opinión por el fallo del TEDH no puede contestar que “está lloviendo” y si te he visto no me acuerdo. Porque si está lloviendo pues usted se moja, que esa actitud chulesca, en un tema tan delicado como el que nos ocupa, supone una lamentable falta de respeto a los españoles y a las víctimas de ETA.

Otro sí digo: Señor Presidente, por cierto, ¿me quiere decir que hace Sortu-ETA de nuevo en las instituciones? ¡Ah! Que es cosa del Tribunal Constitucional, vaya, vaya, perdón.


Fin.

Pactar con el diablo

2 comentarios:

Unknown dijo...

Enorme

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Muchas gracias por su comentario, Joven.

Un abrazo.