lunes, 19 de septiembre de 2011

Un acto sectario y manipulador

A lo largo de la riquísima historia de la literatura española se nos presentan cientos de miles de escritos, yo diría millones, que pueden servir a las mil maravillas para hacer un comentario de texto digno de un examen de Lengua y Literatura en lo que antiguamente conocíamos como selectividad (cuya función era la de“seleccionar”, “elegir”, ejem.). Qué se yo, tenemos joyas literarias de autores como Juan Ruiz, arcipreste de Hita, Jorge Manrique, Fernando de Rojas, nuestro querido Cervantes, Góngora, Quevedo, Bécquer, Rosalía de Castro (no me vayan a multar), Galdós, Emilia Pardo Bazán, Clarín, Baroja, Azorín, Maeztu, Unamuno, los hermanos Machado, Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Ramiro de Maeztu, Eugenio d´Ors, Miguel Hernández, Lorca, Gómez de la Serna, Dámaso Alonso, Victoriano Cremer, José Hierro, Ángel González, Gil de Biedma, Francisco Brines, Cela, Torrente Ballester, Carmen Martín Gaite, Gloria Fuertes, Ana María Matute, Miguel Delibes, Juan Marsé, Juan Manuel de Prada, Javier Marías, Enrique Vila-Matas…, en fin, y tantos y tantos otros que me dejo en el tintero por ser la lista finita en su infinitud.
Pero no, en la Universidad de Castilla La Mancha, el sujeto (o ¿sujeta?) encargado de seleccionar el texto a comentar en la propuesta B del examen de Lengua y Literatura en las pruebas de selectividad realizadas en la convocatoria del mes de septiembre ha elegido un artículo de opinión firmado por el periodista Juan Carlos Escudier y publicado en un diario de ámbito nacional bajo el título de Ya sabemos quién es pobre, un alegato en toda regla contra la persona de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid elegida democráticamente por mayoría absoluta de los ciudadanos de aquella comunidad.
Hace falta ser sectario y manipulador de conciencias. Hace falta ser malo, delincuente diría yo. ¿Así es como queremos fomentar la actitud crítica, libre e independiente de nuestra juventud? Un examen debería consistir en una demostración de los conocimientos adquiridos, y punto. Basta ya de manipular ideológicamente en las aulas. El personaje, o los, responsable de elegir ese escrito, así como aquellos que han mirado a otra parte a la hora de ponerlo en la hoja de examen, deberían ser expedientados y apartados de las aulas. ¿Qué tipo de textos habrán estado dando a sus alumnos para comentar a lo largo del curso? Y no es porque se trate de Esperanza Aguirre, del Partido Popular, estaría escribiendo exactamente estas mismas líneas si se hubiera elegido un artículo escrito por mi admirado Alfonso Ussía arremetiendo contra Rubalcaba (Alfredo o Pérez, como quieran). Es por tratarse de un acto sectario y manipulador. No de quién escribe el artículo, que cada uno es libre, sino del que lo escoge con otras intenciones para una prueba de acceso a la universidad PÚBLICA.

*** Publicado en La Tribuna de Albacete el 18.09.11

2 comentarios:

Mora Fandos dijo...

Tienes mucha razón, Juan Pablo. Un abrazo.

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Gracias José Manuel!!!