lunes, 26 de septiembre de 2011

Preocupado

Yo no se ustedes pero en mi caso ando un poco preocupado. Verán, pertenezco a una generación que nació con la llegada de la democracia y, desde pequeñito, siempre me han educado con la idea de que la ley es la ley y que ante ella todos somos iguales, que vivimos en un estado de derecho, que nuestra norma suprema es la Constitución promulgada en 1978, conocida también como “ley de leyes”, que nada ni nadie puede contravenirla, que existe una división de poderes legislativo, ejecutivo y judicial que es el sostén y la garantía de cualquier democracia que se precie y que, de los tres, el judicial es el de mayor relevancia al tener, como uno de sus cometidos, el de “corregir” las “desviaciones” que puedan darse en los otros dos.

Bien, dicho esto, insisto en que ando un tanto preocupado con el devenir de los acontecimientos. Creo que en este maravilloso país que es España, con una vastísima cultura, con la fortuna de contar con cuatro lenguas, siendo una de ellas común a todos los españoles junto a 400 millones de personas que no lo son, con una riqueza histórica enorme, con un clima y una geografía que son la envidia de nuestros turistas, y con unas gentes de lo más entrañables, creo que estamos perdiendo un poco el norte. El sentido común está para algo y cuando desaparece considero que es importante hacer un alto en el camino, tomar oxigeno, relajarse, reflexionar largamente y después continuar, primero un pie y después el otro.

He escuchado en los últimos días a distintos dirigentes políticos afirmar, con el esperpéntico tema de la inmersión lingüística en Cataluña, que lo que aprueba un parlamento no puede ser corregido por un tribunal de justicia al ser el pueblo soberano. No he escrito antes sobre este asunto porque reconozco que me ha costado digerir semejantes declaraciones. ¿Qué pasa si el Parlamento catalán aprobara una ley en virtud de la cual todos los residentes en Cataluña, pero no nacidos allí, tienen que pagar el doble de impuestos? ¿Y si sus señorías aprobaran otra norma prohibiendo el uso del español en la universidad? Efectivamente en el parlamento se legisla, ese es su papel. Pero el papel del poder judicial es determinar si esa norma que se aprueba en un parlamento cualquiera es conforme a derecho o no. Si no lo es hay que eliminarla o modificarla hasta que se ajuste a la ley, ni más ni menos. Si una ley es contraria a la Constitución es ilegal. ¿Les suena lo del recurso de inconstitucionalidad y la cuestión de inconstitucionalidad? Pues son dos herramientas que, aún diferentes, tienen un objetivo común: que lo aprobado en un parlamento no sea contrario a la Constitución. A que no hace falta repetirlo. Lo que más me preocupa de todo esto es que, entre otros, sea el candidato socialista a la presidencia del Gobierno de España el que haga tales afirmaciones. Y si después de treinta y pico años de vida política aún no sabe que la soberanía reside en el pueblo, sí, pero en el español…ya ni hablamos. No me digan que no es para estar preocupado.

*** Publicado en el diario El Pueblo el 25.09.11 (la letra en cursiva no ha salido en la prensa).

*** Publicado en el diario La Verdad de Albacete el 27.09.11 (íntegramente).

3 comentarios:

Angelo dijo...

Me asombra la facilidad de muchos en realizar afirmaciones, sin niguna autoridad moral que les avale.
Fantástica reflexión.
Un cordial saludo

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Muchas gracias por el comentario.

Saludos.

Mora Fandos dijo...

Coincido, Juan Pablo, preocupante.