lunes, 14 de diciembre de 2009

Días de reflexión, blanco amanecer, manifestación sin sentido y apoyo a Hermann Tertsch


Amanece y blanca asoma la mañana. Nieva, y el frío te golpea en la cara haciéndote sentir vivo. Perdón por la ausencia de los últimos días pero he permanecido una semanita desconectado del mundo en un pueblecito muy majo llamado Sobrado de Los Monjes (La Coruña). Allí he encontrado la tranquilidad, paz y sosiego que tan bien me ha venido para cargar pilas, aclarar ideas, tomar decisiones, afrontar problemas, etc., tan necesario todo ello en algunos momentos de la vida…
El pasado fin de semana ha sido importante, tiempo de reflexión compartida y de apuesta por lo importante de la vida: amor, familia, amigos, trabajo, Espíritu, cultura. A veces uno se despista y pierde la perspectiva esencial de las cosas, de las personas, pero gracias a Dios uno recapacita a tiempo…

Dejando a un lado el plano personal, me gustaría comentar dos sucesos de este fin de semana:
1º. El sábado algunas personas se manifestaron en Madrid culpando a los empresarios de la actual situación económica en España; curiosamente me consta de la masiva asistencia de funcionarios públicos a dicho acto, ¿alguien entiende algo? En cualquier país de nuestro entorno eso es impensable. Así de rotundo. Pero claro, para que entiendan eso “nuestros” sindicalistas untados de subvenciones deberían salir más al extranjero, a Alemania, Suiza, Suecia o incluso a Noruega (paradigma del modelo del sistema de bienestar social) y darse cuenta de que sus planteamientos son un tanto ¿carcas? Poniendo encima de la mesa el sentido común, si alguien nos ha de sacar de la crisis son los empresarios. El 70 % de los puestos de trabajo en España pertenecen al sector privado. Es el sector privado el que innova y crea riqueza en un país desarrollado y aquí lo único que esta haciendo el gobierno es ponerle zancadillas. No existe confianza en España porque el Gobierno de Zapatero la ha destruido con sus políticas disparatadas. En mi familia existen empresarios, mi novia misma es propietaria de un negocio donde trabajan unas 4 o 5 personas –dependiendo de las épocas- y puedo asegurar que los últimos que desean poner de patitas en la calle a sus empleados son los pequeños y medianos empresarios. En cualquiera de los países mencionados anteriormente no se ha destruido, ni de lejos, tanto empleo como en España pero claro, el sábado en Madrid, vino, bocata y pandereta, typical Spanish.

2º. Mi más sincera solidaridad y apoyo a Hermann Tertsch que ha sido agredido de una forma mezquina y brutal por los hijos de la intolerancia y el totalitarismo. Mucho ánimo para él y su familia y esperemos que este lamentable suceso le anime a seguir tan valiente y contundente en su actividad periodística diaria. En este país hace falta gente con agallas y Hermann las tiene de sobra, quizás por eso le han dado esta paliza, ¿quién está detrás? ¿Quién delante? ¡Ánimo Hermann!

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