martes, 20 de diciembre de 2011

Marcus Miller


Este verano acudí por primera vez al Festival de Jazz de Vitoria. Allí pude ver en directo a Marcus Miller, cuya discografía he estado escuchando durante buena parte del día. A veces en el trabajo es recomendable poner algo de música para ausentarse y hoy lo he hecho.

Miller coge su bajo y empieza la función con la misma naturalidad con la que un escritor coge su pluma y se pone a escribir. No toca las cuerdas, las acaricia. No compone música, la crea. Tiene lo que los grandes artistas, que se meten al público en el bolsillo de su pantalón a la mínima de cambio y ya no les deja salir hasta que termina el espectáculo. Incluso después quedan los posos. Estoy convencido que igual que las catedrales resisten el paso del tiempo, la música de Miller también lo hará, es la prueba que ha de superar el Arte...

1 comentario:

Mora Fandos dijo...

Qué buena sorpresa, encontrarme a Miller en tu blog, y que te guste. Es un músico como la copa de un pino. Qué sana envidia lo de ese concierto. Un abrazo. José Manuel