Tontos

No se usted querido lector, pero a mí cuando empiezan las campañas electorales me da por leer más literatura que nunca. Siempre lo mismo, qué aburrimiento de políticos. Quizás la diferencia principal con respecto a otros periodos electorales del pasado sea que hacía muchísimo tiempo que la España nuestra de todos los días no estaba tan mal, porque mira que el panorama es calamitoso. Y a pesar de ello todos los días sale el sol y todos los días se pone, ya ven.

A vueltas con lo de la literatura confieso que uno tiene cierta predilección por las librerías de viejo. Por lo general cuando acudimos a ellas nunca sabemos muy bien lo que nos vamos a encontrar pero siempre se termina comprando algo. El otro día, sin ir más lejos, adquirí La vida literaria, de Don Miguel de Unamuno (Espasa-Calpe, 1981), una recopilación de reflexiones, artículos y ensayos publicados en revistas y periódicos de “las dos orillas del español”, como figura en la contraportada. En uno de esos textos, que lleva por nombre el de ¡Paciencia y barajar!, Unamuno señala que “hay tres grandes variedades de tontos, y son la de los que inventan tonterías nuevas, que son los tontos originales y hasta geniales, cuyo símbolo es Geden -pero no el bíblico-, y la de los que no hacen sino repetir las tonterías inventadas por otros, las de curso forzoso, los lugares comunes y de sentido común, y el símbolo de ellos es Pero Grullo. Y queda la otra variedad y es la de los architontos, la de los tontos rematados y sin remedio, y es la de los que se mueren sin haber hecho ni dicho tontería alguna". Yo estoy seguro que, de vivir hoy nuestra realidad nacional, don Miguel habría ampliado el número de clases distintas de tontos, ¡pues no va Zapatero y dice que él no ha hecho recortes sociales!

* Publicado en El Día de Albacete, el 12 de mayo de 2011

* Publicado en La Tribuna de Albacete el 15 de mayo de 2011