jueves, 9 de junio de 2011

Demócrata Grandes

D. Gonzalo Anes, director de la RAH

Pido permiso al respetable para coger el toro por los cuernos, iniciar la faena y tras la pica y las banderillas empuñar la espada para entrar a matar procurando finura, temple y decisión en la estocada. Pongo en conocimiento del gran público, para el que no lo sepa pues menuda se ha armado, que la Real Academia de la Historia ha concluido el “Diccionario Biográfico Español”. Debido a una filtración sin duda interesada –hay que ver con las fugas- se ha podido conocer el contenido de algunos perfiles biográficos y la polémica no se ha hecho esperar. La controversia, como no podía ser de otra manera, no se debe a lo incluido en las semblanzas de Largo Caballero, Dolores Ibarruri –esa señora que estando en el Parlamento dirigió a Calvo Sotelo aquellas cariñosas palabras de “este es tu último discurso” y, efectivamente, lo fue- o Santiago Carrillo, mitificado en vida. No, a pesar de sus oscuros pasados, no. ¿Adivinan qué biografía ha provocado la ira de la izquierda más rancia y casposa de este país? Sí, que sí que lo saben, con…, por supuesto, con la de Francisco Franco Bahamonde, aquel dictador que ocupó la poltrona durante cuarenta años –alguna autonomía a estado a punto de superar el “record”- y al que Zapatero se empeña en no dejar descansar en paz. Resulta que el historiador y miembro dela RAH Luís Suárez Fernández ha sido el encargado de redactar la susodicha biografía y que, al parecer, califica el régimen franquista como “autoritario” en lugar de “totalitario”. Yo no voy a entrar en cual es el término más apropiado, pueden acudir al diccionario y comprobar por sí mismos que no son dos antónimos. Dicho esto, es cierto que Luís Suárez está vinculado a la Fundación Francisco Franco y que preside la Hermandad del Valle de los Caídos, lo que sin duda puede implicar una ausencia de objetividad a la hora de valorar la figura del anterior Jefe del Estado. También es evidente que cabría dudar de la objetividad dada a la semblanza de Felipe González por Juan Luís Cebrián, Consejero Delegado del Grupo Prisa y ello a pesar de ser hijo de un alto cargo de la prensa del régimen franquista, ya ven. Pero reitero que ese no es el objeto de este artículo.

Todo estaba en aparente orden hasta que, gracias a la citada filtración, Almudena Grandes, dicen que escritora, ha cogido el micrófono y, junto a otros miembros de la Plataforma contra la Impunidad Franquista, ¡ojo!, se ha dirigido a la Puerta del Sol, últimamente tan de moda, para exigir “que se juzgue -¡ojo!- al director de la Academia de Historia” al grito de “Fuera fascistas de la Academia”, un vocerío que mantuvieron hasta llegar a la sede de la RAH, donde siguieron con el linchamiento. Esa actitud de acoso y derribo a todo aquél o aquello que intelectualmente no sigue los patrones de lo políticamente correcto es lo que denuncio aquí. Se trata de un comportamiento autoritario o totalitario, lo mismo me da que me da lo mismo, y, por tanto, repudiable en democracia. Si la señora Grandes tiene algo que objetar al trabajo de la RAH tiene fórmulas mucho más democráticas para ponerlo de manifiesto y más si lo hace con argumentos y rigor intelectual; señalar con el dedo corresponde al pasado, precisamente a épocas donde la libertad se vendía cara.

Ay, la memoria, la historia y su manipulación. Al respecto y frente a Almudena Grandes, ya ven, el profesor Francisco Rodríguez Adrados (Salamanca, 1922), ilustre helenista, filólogo y miembro de las Reales Academias de la Lengua y de la Historia, dice que la República, por ejemplo, es un periodo que “ha sido blanqueado y del que se ofrece una visión idílica. Para quienes hemos vivido determinados periodos históricos resulta francamente difícil de digerir y ofensivo”. Y al ser preguntado porqué el periodo relativo a la guerra civil sigue levantando ampollas responde: “La guerra civil española es la única en el mundo en que la historia la escribieron los vencidos y quieren ganarla ahora en los periódicos. Se ha cargado contra la historia de España de una manera infame”. Guarden silencio, por favor, no vaya a enterarse la señora Grandes.

* Publicado el 9.06.2011 en La Tribuna de Albacete

Nasía pa luchá, reclamá y protestá


2 comentarios:

Fernando R. Genovés dijo...

Buena columna, Juan Pablo. Cualquier estudioso de filosofía política sabría distinguir entre régimen "autoritario" y "totalitario". Cualquier estudiante de Sociología o Ciencias Políticas, no lo creo, porque sé lo que les enseñan en la Facultad: pensamiento único y corrección política.

El régimen de Franco fue un régimen "autoritario". De ninguna manera, "totalitario". Lo cual no lo hace mejor o peor. Pero esto esto son sutilezas que no interesan a los indignados "intelectuales de izquierda".

Un cordial saludo

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Muchas gracias Fernando, totalmente de acuerdo con tu aportación.

Un cordial saludo