jueves, 2 de diciembre de 2010

Libertad de expresión y seguridad ciudadana

El artículo 20 de nuestra Constitución reconoce y protege el derecho a “expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción”; el reconocimiento de este derecho “vincula a todos los poderes públicos” (Art. 53 C.E). La libertad ideológica, religiosa y de culto es garantizada en el artículo 16 y en el 104 leemos que “las Fuerzas y Cuerpos de seguridad, bajo la dependencia del Gobierno, tendrán como misión proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana”.

¿Y porqué este recordatorio constitucional? Por que están ocurriendo hechos muy preocupantes. Resulta que, el pasado miércoles, el Cardenal Arzobispo de Madrid tenía pensado impartir una conferencia en la Universidad Autónoma de la capital del reino que tenía por título “El Dios desconocido para los españoles del s. XXI”. Sabedores del acontecimiento, distintos grupúsculos de personajes siniestros y totalitarios llevaban semanas urdiendo la forma de boicotear dicha conferencia. Ante las amenazas, y aquí viene lo bueno, la delegada del gobierno en la Comunidad de Madrid, Amparo Valcarce, se puso en contacto con el Sr. Rouco para advertirle de que dadas las “amenazas” sería recomendable que no acudiera a dicho acto ya que “no podía garantizar su seguridad y la de sus asistentes”.

Defiendo, desde que tengo uso de razón, como ciudadano y como periodista, la libertad de expresión siempre que con ello no se vulnere la ley. Eso en mi pueblo se llama respetar el Estado de Derecho. Que unos cuantos totalitarios viertan amenazas de lo más pueriles para amedrentar a un conferenciante, el que sea, no puede ser bajo ningún concepto argumento para “no garantizar la seguridad” del ponente ni de los oyentes.

Garantizar la seguridad y la integridad física y síquica de los ciudadanos debe ser uno de los principios rectores en la actuación de los poderes públicos. Si la señora Valcarce, con todas las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado a su disposición, es incapaz de velar por el normal desarrollo de una conferencia impartida por un representante de la Iglesia Católica en una Universidad pública, lo mejor que puede haces es coger sus maletas y marcharse. Así de claro y así de democrático.

No hay comentarios: