lunes, 17 de mayo de 2010

Una mesa llena de "los manjares más exquisitos"

"Uno de los pueblos más antiguos y poderosos de Europa, en la cima de su gloria y su riqueza, empezaba a preocuparse de verdad por su vida, por su papel, por su civilización, por todo. De alguna manera se veían solos... y no exclusivamente en política. Sus colchones estaban forrados de billetes, sus fronteras estaban custodiadas por ejércitos armados hasta los dientes, su tierra entregaba con creces todos sus frutos y riquezas y, sin embargo, detrás de ese idilio de la pequeña burguesía se dibujaba una extraña angustia contraria a la raison que impregnaba la vida de Francia. Todos eran muy adinerados y todo desbordaba prosperidad y abundancia. Estaban sentados a una mesa ricamente puesta, llena de los manjares más exquisitos, pero temblaban de miedo ante la posibilidad de quedarse sin nada." (Confesiones de un burgués, Sándor Márai, Edit. quinteto, pag. 401).

Mientras leía este retrato que Sándor Márai hace del París de los años 30 del siglo pasado en la genial obra autobiográfica Confesiones de un burgués, por un momento creí que el cuadro correspondía a otro u otros países en época más reciente, ¿no creen?

2 comentarios:

ALBINO dijo...

La descripción de ese Paris de los 30 es muy biena, pero yo creo que ese mundo de los adinerados ahora no se concientra en un solo pais, sino en una burquesia muy repartida, que se aisla en medio de unos pueblos pauperrimos. Digamos Dubai, Qatar, Shanghai, Tokio, Estados Unidos, Alemania e incluso España.
Hoy no hya paises riquisimos. Hai ciudadanos riquisimos.
Un abrazo

Juan Pablo L. Torrillas dijo...

Gracias Albino por tu comentario (como ves me he olvidado de las "formas" y paso a tutearte). Desgraciadamente un porcentaje muy elevado de la población mundial sigue viviendo en pésimas condiciones de pobreza e insalubridad. Confiemos en que mañana sean menos que hoy.

Un abrazo,
JPLT