miércoles, 8 de agosto de 2012

Sendino se muere

Siempre que salgo de viaje echo varios libros en la maleta de la moto. “Sendino se muere” cayó en mis manos justo en esos momentos de preparativos previos y lo eché. Disfruto de unos días de descanso en un la costa mediterránea y  varios son los frentes que tengo abiertos en lo que a lecturas se refiere,  el de Pablo D´ors lo terminé ayer.

Pablo D´ors, en su condición de capellán de un hospital, nos cuenta la historia de la doctora África Sendino. Más bien una parte de la misma. Un buen día Sendino advierte la presencia de un bulto  en su pecho y ella, que es médico, no duda un instante en acudir a sus colegas del hospital para que la sometan a las pruebas pertinentes.  “A las nueve y cuarto salgo de su laboratorio con un nuevo panorama vital: tengo cáncer”, escribe Sendino en su diario.

D´ors destaca en ella, nada más conocerla, tres cualidades: su compostura, su manera de hablar y su altísimo nivel espiritual. “Si Dios me brindase rebobinar la moviola de la vida y me ofreciera elegir entre las dos opciones posibles (salud sin quiebra o lo que realmente me ha sucedido), no podría decir que no a lo que sucedió en realidad. Porque Dios no nos ofrece la enfermedad como castigo, sino como camino. Y porque en ese camino yo estoy aprendiendo intensísimas lecciones de lo que supone que Dios componga el argumento de mí biografía. Comprendo por fin que la Providencia divina no es un simple planteamiento, sino una realidad cotidiana que me aguarda en el rostro de mis amigos. Y presencio, como un espectáculo grandioso, hasta dónde puede llegar la bondad de quienes me rodean”, señala en su diario.

Pablo D ´ors asiste a la doctora África Sendino en su condición de ministro de la Iglesia Católica. Probablemente, conocedora de su faceta como escritor, Sendino pide a su capellán que la ayude a dejar por escrito el testimonio de la experiencia vital que ahora enfrenta en su camino, la enfermedad.

“Sendino se muere” es ese testimonio. Una narración sobrecogedora en la que Pablo D´ors vierte con sencillez descriptiva y profundidad humana y espiritual la vivencia de una mujer de fe ante la noticia de un cáncer que finalmente termina con su vida. Pero hay más, como médico la doctora África Sendino se adentra en el mundo de la medicina y en como pudiendo hacerse mucho más, sobre todo a nivel humano, se hace tan poco.  “Porque, durante mi enfermedad (o quizá siempre, pero solo ahora lo he percibido), he sido receptora de continuas y conmovedoras muestras de afecto. Gracias a que yo era médico, por ejemplo, todo se me hizo de forma inmediata, con un compás de espera mínimo. ¿Qué deben ser –me pregunto- las esperas, llenas de incertidumbre, de las gentes ajenas al hospital? Trata a cualquier enfermo como quisieras que te tratasen a ti mismo, esa es la ley”, lo que no es sino un órdago a la profesión médica, que con tanta frecuencia incumple “la ley”.

Humanidad, espiritualidad, fortaleza, sinceridad, humildad y aceptación se dan cita en “Sendino se muere”, un testimonio excepcional de una mujer que ve en su enfermedad un regalo de Dios, la oportunidad de poner en práctica la “teoría” aprendida durante su vida. Y creo que es eso precisamente, aceptar la enfermedad como un regalo divino, lo que nos admira y conmueve de África Sendino.

Estamos ante una hermosa historia vital cuya lectura es, sin duda, más que recomendable.

SENDINO SE MUERE, PABLO D´ORS, (Editorial Fragmenta, 2012)

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