Mi amigo Antonio
Serrano me dice que debería ver más cine, lleva razón. El domingo por la tarde
le hice caso y el elegido fue Stanley Kramer con Judgment at Nuremberg, que
en español han traducido por ¿Vencedores o vencidos? y en Hispanoamérica por El
juicio de Nuremberg.
La cinta me
parece un peliculón por muchos motivos: la interpretación de los actores, la
ambientación de la película, los tiempos, los diálogos, el trasfondo, que
no todo vale, que lo legal no quiere decir que sea justo (¿durante cuantos
años fue legal la compraventa de personas en EE UU, y en España?), la
satisfacción del deber cumplido pese a que te cueste tu puesto en la judicatura, y muchas
joyas más.
En resumen diré que
se trata, como su nombre indica, del juicio de Nuremberg. Cuatro jueces del régimen nacional-socialista de Hitler se sientan en el banquillo de los acusados para ser juzgados por un norteamericano, el Magistrado Jefe Dan Haywood (Spencer Tracy),
separado de la carrera judicial por "meter mano" a uno de los poderosos de su
Estado. Como principal acusado tenemos al Dr. Ernst Janning (Burt Lancaster), jurista de reconocido prestigio
pese a todo, y es de destacar el papel de su abogado defensor, Hans Rolfe (Maximilian Schell).
Ahí van un par de diálogos
que considero suficientes como para un tratado sobre la justicia.
-Hans Rolfe: “Voy a
hacerle una apuesta”.
-Dan Haywood: “No
hago apuestas”.
-Hans Rolfe: “Una
apuesta entre caballeros. Dentro de 5 años, los hombres que a condenado a
reclusión perpetua estarán en libertad”.
-Dan Haywood: “Señor
Rolfe, he admirado su labor en la sala durante muchos meses, es usted
particularmente brillante en el empleo de la lógica, por lo tanto, lo que usted
dice puede muy bien suceder, en efecto, es lógico en vista de la época en que
vivimos, pero ser lógico no significa ser justo, y no hay nada en la tierra que
pueda hacerlo justo”, se refiere, claro está, a las atrocidades cometidas y
consentidas.
Vamos a por el
segundo. Antes de partir a EE UU, el juez Dan Haywood visita al juez acusado Dr.
Ernst Janning, a petición de éste.
-Dr. Ernst Janning: “Aquella
pobre gente, aquellos millones de personas -asesinados-, jamás supuse que se iba a llegar a
eso, debe creerme, debe usted creerme”.
-Dan Haywood: “Señor
Janning, se llegó a eso la primera vez que usted condenó a un hombre sabiendo
que era inocente”.
Para uno o quizás para dos tratados... Y ahora la cuña
publicitaria. Efectivamente, es lógico en vista de la época en que vivimos que
la justicia siga hoy tan politizada como ayer, ¡eh Ministro!
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