Tomás Regalado.
Seguro que les suena a chino pero éste es el nombre del alcalde de la ciudad de
Miami. ¿Y qué demonios hace el alcalde de la afamada ciudad en mi blog? Lean,
lean.
Mal que les pese a
muchos, la Iglesia Católica es la institución a nivel mundial que más hace por
los pobres, por los que menos tienen; como no podía ser de otra manera. Un
ejemplo de ello lo tenemos en la orden religiosa fundada por Agnes Gonxha Bojaxhiu.
Las Misioneras de la Caridad constituyen hoy día un “ejército” repartido por
todo el mundo con 4500 religiosas volcadas con, para y por los pobres, tal y
como estableció la Madre Teresa de Calcuta haciéndose eco de lo que nos dice el
Evangelio de San Mateo; “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y
me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me cubristeis;
enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí” (Mt. 25, 35-36).
En Miami también
hay pobres y allí también tienen su presencia, al menos de momento, las
Misioneras de la Caridad. El pequeño convento donde residen éstas misioneras -que
viven sin aire acondicionado, lavadora ni televisión-, ha recibido hace unos días
una notificación del Ayuntamiento de la ciudad prohibiéndolas dar de comer al
hambriento sin autorización. ¿Autorización para dar de comer al pobre? Pues ya
ven. Es más, la nota culmina con la siguiente lindeza: “la operación de un
negocio -¡ojo!- sin las licencias requeridas es ilegal bajo la ley estatal y
local, y es penalizado con arresto criminal o cierre de negocio”. Todavía
tendremos que ver a las Hermanas entrando en prisión por dar de comer al que no
tiene qué llevarse a la boca, tiempo al tiempo.
Pero claro, todo
tiene su porque. Resulta que el comedor de las Misioneras de la Caridad está más
cerca que lejos de dos adineradas instituciones de la ciudad, el Hospital Jackson
Memorial y la Universidad. “Llevaos a los pobres de aquí, sucios, malolientes,
pordioseros”, parece ser el auténtico fondo de la cuestión. Claro, las Hermanas
dan de comer a diario a unas 300 personas que luego deambulan por los
alrededores y claro,…, eso no puede ser.
Desde el nacimiento
de la Iglesia Católica en Cristo no pocos han sido los dictadores de todo
nombre y condición que han intentado acabar con ella. En ello empeñó su vida Juliano,
conocido como “el Apóstata”, que fue emperador de los romanos desde el 3 de noviembre
del 361 d.C. –momento en el que reniega públicamente del cristianismo, declarándose
pagano y neoplatónico- hasta su muerte. Sonado es su fracaso. Pero el fracaso
en el envite de otros personajes como Hitler, Stalin o Mao también es
estrepitoso. No serán los últimos.
Jesús impregno a la
Iglesia con un “arma” tremendamente potente: la caridad para con el prójimo, y
muy especialmente para con el pobre. Por eso “dar de comer al hambriento”
molesta de aquella manera, no solo en Miami, también aquí. El señor Tomás
Regalado debería conocer un poco la historia de la Iglesia y, de paso, abrazar
humanamente a Cristo. Me temo que para cuando caiga en la cuenta será demasiado
tarde, ya habrá perdido la alcaldía de la ciudad, que no es suya, también lo es
de los pobres.
La Hermana Joselle, una de las Misioneras de la Caridad de Miami,
sirviendo comida para los desamparados. Roberto Koltun/El Nuevo Herald
sirviendo comida para los desamparados. Roberto Koltun/El Nuevo Herald
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Hoy tenía intención
de hablar de la nueva campaña demagógica orquestada por las filas dirigentes de
las juventudes socialistas de España contra la Iglesia. Pero si son buenos
entendedores, con las anteriores palabras bastan. Si lo mejor que tienen que
ofrecer a España es éste nuevo ataque a la Iglesia batirán un nuevo record, y
veremos si llegan a 75 los diputados en las próximas elecciones. Tiempo al
tiempo. Tampoco estaría mal que estos chicos le dieran una vuelta a la historia
de España.
*Texto redactado en
base a la información aparecida en el diario El Nuevo Herald, en su edición del
3 de abril del 2013.
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