Coincido con José
Jiménez Lozano en que vivimos una época donde el arte ha dejado de ser arte, la
verdad de ser verdad, y donde Torrente…
es una gran película, añado.
En 1943, el
filósofo francés Jacques Maritain publicó en la revista Liturgial Arts de Nueva York, un artículo con el título de Sobre el juicio artístico, y del que
extraigo los siguientes párrafos:
“La gran conquista
del arte moderno y de la poesía moderna estriba en que arte y poesía llegaron a
adquirir conciencia de sí mismos y del misterio espiritual que encierran, en un
grado antes nunca alcanzado. El arte y la poesía comprendieron – acaso a costa
de un terrible precio – que el primer deber
del artista y del poeta consiste en ser inquebrantablemente fieles a su verdad, a la verdad singular e
incomunicable de ellos mismos y de las cosas, que les es oscuramente revelada y
que debe asumir forma en la obra de
arte. Es menester que el artista y el poeta tengan gran coraje – y hasta heroísmo les es necesario – para permanecer fieles hasta el fin a ese inasible
elemento espiritual que tiene todas las
exigencias de lo absoluto y que no perdona la menor deserción”.
“El único artista
que no merece respeto es el que
trabaja para gustar al público, para obtener éxito comercial y honores académicos”.
“Para esto – el
juicio artístico -, como para cualquier otra cosa, es necesaria una educación apropiada, fundada tanto en
un estudio profundo del pasado como
en una atención vigilante de los intentos y búsquedas del presente”.
Si escribió eso en 1943 yo me pregunto qué es lo que pensaría hoy del "arte" moderno.
La Academia de Atenas, Rafael.
No sé qué de un tal Barceló, artista, dicen.
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