Celebramos esta Semana Santa en medio de un clima particularmente hostil a todo lo que representa
Este 2011 es un año especial para los católicos españoles. Madrid –Dios mediante- acogerá en agosto, junto a Benedicto XVI y a miles de jóvenes venidos de todo el planeta, la Jornada Mundial de la Juventud, una celebración que promovió Juan Pablo II, el Papa que no se canso de repetir: “no tengáis miedo”. Esta Semana Santa los católicos vamos a demostrar que no tenemos miedo y mostraremos nuestra particular respuesta a tanto fanatismo totalitario y provocador. Que nuestros perseguidores estén bien atentos a lo que pasa en las calles de toda España. El silencio se impondrá en cada procesión. Miles de personas en pueblos y ciudades saldrán de sus casas para acompañar a las imágenes que representan, que nos recuerdan, lo vivido por Jesús va a hacer casi dos siglos. Que escuchen bien los intolerantes el repicar de los tambores, que presten atención cuando suene, como escribió el poeta,… “¡Oh, la saeta, el cantar/ al Cristo de los gitanos,/ siempre con sangre en las manos / siempre por desenclavar!/ ¡Cantar del pueblo andaluz,/ que todas las primaveras/ anda pidiendo escaleras/ para subir a la cruz!/ ¡Cantar de la tierra mía,/ que echa flores/ al Jesús de la agonía,/ y es la fe de mis mayores!/ ¡Oh, no eres tú mi cantar!/ ¡No puedo cantar, ni quiero/ a ese Jesús del madero,/ sino al que anduvo en el mar!”.
* Publicado en La Razón el 20.04.11
* Publicado en La Tribuna de Albacete el 24.04.11
1 comentario:
Estoy contigo, Juan Pablo, es el momento de rezar especialmente por los que persiguen, de ser testigos de la auténtica paz y reconciliación que trae la Cruz.
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