El pasado Domingo de Resurrección, al acudir a misa en un nuevo día gris, andaba yo con la mirada puesta en los balcones de las casas que se cruzaban en el camino. Llamó mi atención una serie de muñecotes que aparecían en ellos colgados, como a la espera. Me imagino que esto no solo ocurre en El Toboso, patria chica de Dulcinea, la del Quijote, sino que es tradición común a los pueblos de Castilla La Mancha y del resto de España. Caí entonces en la cuenta de que, dado el día que era, aquellos muñecos eran los peleles, que no peluches. Es lo que tiene salir de casa con el tiempo suficiente como para ejercitar el arte de ver, de “saber mirar”, como diría Paco Sánchez, el periodista. Caminamos por la vida corriendo y no caemos en la cuenta de las cosas, en lo importante.
Pues al pelele van dedicadas estas líneas. Y a toda esa generación de jóvenes que van a votar por primera vez y que, al parecer, no saben como se elige al presidente del Gobierno ni qué día se aprobóUna cita con ustedes los martes, jueves y sábados de cada semana. "It is not the strength of the body that counts, but the strength of the spirit", J.R.R. Tolkien.
viernes, 29 de abril de 2011
El pelele
*Publicado en La Tribuna de Albacete el 01.05.2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario