Hasta hace muy
poquito tuvimos hospedado en La Moncloa al presidente de la Champions League.
Ahora anda dando conferencias por Venezuela -¡dónde si no!-, enseñando al
prójimo cómo ser austero y escrupuloso en el uso del dinero de los ciudadanos,
cómo inculcar en la ciudadanía los valores que vinculan al pueblo con su patria
y cómo elevar lo que nos une para acabar con lo que nos separa. También, me
cuentan, habla en sus conferencias –lógicamente se pone como ejemplo- de cómo
acabar con el paro, de cómo combatir el déficit y de cómo dejar las cuentas públicas
saneadas y con superávit. Le preguntan, por lo visto, que cómo con ese balance
ha podido perder las elecciones generales obteniendo, además, el peor resultado
electoral de la historia de su partido. “No tengo ni idea”, dicen que dice.
Como líder del socialismo español
tenemos ahora a un hombre por todos desconocido hasta el pasado congreso de
Sevilla. Nunca antes ha desempeñado tareas de gobierno y su gestión al frente
de las múltiples multinacionales por las que ha pasado ha sido de un éxito
arrollador; por ello es la esperanza y la alegría del socialista español. No
hablo de Carlos Slim –el hombre más rico del mundo en el 2011 según la revista
Forbes- ni de su “consejero delegado”, el otrora socialista Felipe González.
No, me refiero a la estrella de las estrellas, al que si estuviera en el
gobierno nos sacaría de la crisis sin hacer un solo recorte –y no como estos
fachas-, al que duplicaría el salario de funcionarios, pensionistas y le
pondría uno a las amas de casa… Me refiero, como no podía ser de otra manera,
al joven, esperanzador y regenerador líder del socialismo español, al salvador
de nuestra patria, el gurú de los gestores, el de todo para el pueblo, señoras,
señores, ante ustedes: Alfredo Pérez Rubalcaba, o A. P. para los amigos.
Desconocido en lo público pero con una exitosa carrera profesional en lo
privado, como ya he indicado.
José Antonio Griñán, con
la ayuda inestimable de Alfredo, va a arrasar el domingo en Andalucía. Quien
piense lo contrario no está bien de la cabeza, los hechos hablan por sí solos.
Después de 30 años de socialismo andaluz, *Publicado en La Tribuna de Albacete el 24.03.2012
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