El artículo 20 de nuestra Constitución reconoce y protege el derecho a “expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción”; el reconocimiento de este derecho “vincula a todos los poderes públicos” (Art.
¿Y porqué este recordatorio constitucional? Por que están ocurriendo hechos muy preocupantes. Resulta que, el pasado miércoles, el Cardenal Arzobispo de Madrid tenía pensado impartir una conferencia en
Defiendo, desde que tengo uso de razón, como ciudadano y como periodista, la libertad de expresión siempre que con ello no se vulnere la ley. Eso en mi pueblo se llama respetar el Estado de Derecho. Que unos cuantos totalitarios viertan amenazas de lo más pueriles para amedrentar a un conferenciante, el que sea, no puede ser bajo ningún concepto argumento para “no garantizar la seguridad” del ponente ni de los oyentes.
Garantizar la seguridad y la integridad física y síquica de los ciudadanos debe ser uno de los principios rectores en la actuación de los poderes públicos. Si la señora Valcarce, con todas las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado a su disposición, es incapaz de velar por el normal desarrollo de una conferencia impartida por un representante de
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