El padre Manuel Hernández, carmelita, ha sido testigo del éxodo sufrido por más de un millón y medio de católicos iraquíes que han tenido que partir a otros lugares del planeta para salvaguardar su integridad física y moral. Vecinos católicos le cuentan a diario cómo reciben cartas con proyectiles para forzar la conversión al Islam de sus hijas. En Pakistán –el país de los “puros”-, un niño católico –“impuro”- no puede jugar con un niño musulmán porque lo contaminaría. El cuerpo del padre Iván Grgic apareció en Banja Luka –Bosnia y Herzegovina- con más de sesenta balazos. El padre Philip y la hermana Cecilia se encontraban en el interior de su iglesia cuando un camión cargado hasta los topes de dinamita irrumpió en el templo y lo convirtió todo en cenizas, sus cuerpos también. En las recientes inundaciones de Pakistán, los organismos gubernamentales encargados de salvar y socorrer a los damnificados, marginaban a los católicos que no aceptaran la conversión al Islam. Damasco, Siria, un sacerdote recibe a diario la visita de un joven angustiado porque sus padres, amigos y vecinos le tienen amenazado de muerte por haberse convertido al catolicismo. China respeta a los católicos, claro que sí, pero a los que pertenecen a
Una cita con ustedes los martes, jueves y sábados de cada semana. "It is not the strength of the body that counts, but the strength of the spirit", J.R.R. Tolkien.
sábado, 12 de noviembre de 2011
Católicos perseguidos
El pasado martes, la Asociación Cultural y Social Alborea –Albacete-, invitó a Javier Fariñas, periodista y miembro de Ayuda a la Iglesia Necesitada , para que nos hablara de la libertad religiosa en el mundo y de los más de 350 millones de cristianos que son perseguidos a causa de su pertenencia a la Iglesia Católica. Estoy de acuerdo con Javier, el gran favor que podemos hacerles es contar sus historias.
*** Publicado en La Tribuna de Albacete el 12.11.2011
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