En la noche silenciosa,
despertaba entre sudores,
a las siete de la mañana,
las zapatillas abrochaba.
Visión opaca,
la niebla presente,
el frescor en la cara,
comienza a moverte.
Cuarenta y cinco minutos
llevaba corriendo,
cuando a ras del suelo,
una paloma veo.
Arrullaba, seguro que arrullaba,
atrás en el tiempo,
¿qué habrá pasado,
para que haya muerto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario